Del Valle: “Los varones son conscientes del maltrato y lo ejercen porque les beneficia”

La activista y cantante Cristina del Valle denuncia la construcción del amor romántico y la actuación de la Iglesia contra la mujer

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Reconocida en Europa y América Latina por su destacada labor en contra de la violencia machista, Cristina del Valle ha vivido en su propia intimidad el mordisco de esa bestia. Y decidió hace tiempo no darle tregua. Por eso creó en 1999 Plataforma de Mujeres Artistas contra la Violencia de Género, para presionar políticamente y exigir la toma de medidas a los gobiernos. Mañana dará un concierto gratuito en Majadahonda para seguir plantando cara, junto a Mercedes Ferrer, Esmeralda Grao y Estela de María, agrupadas bajo el nombre de Ellas dan la nota. 


 

La prevención contra la violencia de género está fallando estrepitosamente, mientras las denuncias se han multiplicado por 10, las agresiones no han bajado en absoluto. ¿Qué está pasando?

El tema es complejo, pero si lo reducimos, yo empezaría diciendo que desde el año 2011 hasta la actualidad, el dinero destinado a acciones específicas contra la violencia machista ha retrocedido en un 22% y el presupuesto destinado a la prevención, que es fundamental para la violencia de género, también se ha recortado en un 22%.

 

¿De quién es la responsabilidad?

Es más fácil recetar antidepresivos que analizar que hay detrás de un cuadro de violencia

Primero hay una responsabilidad política. Evitan colocar la violencia contra las mujeres como central en nuestro Estado. No es central ni presupuestaria ni políticamente. ¿Por qué falla la ley también en otros ámbitos? Pero hay más: el machismo de los profesionales en los ámbitos donde se tiene que aplicar la ley; el jurídico al dictar sentencias; el sanitario en el momento de hacer un informe o de intervenir en la denuncia cuando una mujer llega con una urgencia sanitaria por parte de los psicólogos que no están motivados… Es más fácil recetar antidepresivos que analizar que hay detrás de un cuadro de violencia.

 

Quizás también nos toca algo de responsabilidad como sociedad.

Falla la voluntad de la ciudadanía. Claro que hay una responsabilidad social. No se está colocando este problema como prioritario, sólo hay que ver las encuestas del CIS. La violencia contra las mujeres no lo es prioritaria. Sin embargo, es un problema de Estado. Falla la falta de compromiso social a la hora de apoyar privada o públicamente un caso de violencia. Muchas mujeres que me escriben me relatan el abandono por parte de familiares, amigos, etc. que no creen su historia.

Muchas mujeres que me escriben me relatan el abandono por parte de familiares, amigos, etc

 

Parece que todavía se considera un problema perteneciente al ámbito de la pareja, a la intimidad.

Es un problema de derechos humanos y un problema de violación de derechos. Se sigue interpretando como un conflicto entre iguales en el ámbito de lo afectivo, avalado por una cultura amorosa que se ha ido transmitiendo y se sigue reproduciendo. El lenguaje en los medios de comunicación, en el ámbito universitario o en el educativo, están atravesados por una ideología machista y sexista que normaliza y convierte la violencia como la punta del iceberg de algo “normal”. Hay una educación amorosa donde las mujeres somos ciudadanos de segunda y nos debemos a los varones. Las mujeres seguimos estando en la periferia de las democracias.

 

Ha aludido a la construcción del amor romántico.

La cultura amorosa es la clave que atrapa a millones de mujeres en este síndrome de dependencia que supone convivir con la violencia. Es un patrón educativo donde las mujeres son educadas en un modelo donde el amor se convierte en el centro de la identidad de las mujeres. Da lo mismo el expediente académico que tengas, da lo mismo que seas una mujer con desarrollo profesional. Si al final las jóvenes siguen incorporando que no son valiosas si no tienen un hombre al lado, si consideran que no están buenas o no cumplen con un patrón de belleza, no se valoran. De hecho, la mayoría de las chicas anoréxicas se auto-dañan para someterse a un patrón de belleza y son mujeres que tienen expedientes buenísimos y brillantes, inteligentísimas, la primera de la clase, etc. Siguen pensando que al final una mujer es valiosa socialmente en la medida de que es valiosa para tener un hombre al lado, ser atractiva para los varones… Estamos educadas en eso.

el amor se convierte en el centro de la identidad de las mujeres

 

¿En encontrar un hombre y casarnos?

En que el amor es el centro de nuestras vidas, que no somos nadie sin un hombre al lado. Es el amor a cualquier precio. Tal como hemos sido educadas en nuestra cultura, con tal de conservar a la pareja, una tiene que ser abnegada, comprensiva, tiene que aceptar, tiene que, tiene que… Por eso muchas mujeres normalizan e incorpora que ese el maltrato psicológico de exigir a las mujeres las dobles jornadas o de ser las esposas perfectas. El patrón del maltrato a las mujeres tiene que ver con esa cultura horrorosa donde a las mujeres se nos valora en función de lo privado para el reconocimiento público. Una mujer en el ámbito de lo privado es una buena madre, una buena esposa, una familia y una casa. Se nos exige ser la excelencia en lo privado, mientras que a ellos se les exige en lo público, que es donde está el poder y la economía. Todo ese modelo amoroso además que educa a nuestras jóvenes identificando el control, el abuso, el no respeto como plus del amor.

 

Necesitaríamos entonces deshacer todo el relato, toda la creación artística incluso (literaria, cinematográfica, teatral…) que estamos consumiendo.

En el ámbito de la música, que es del que yo puedo más hablar, hay estudios que hablan de que el 86% de las canciones giran en torno a la temática del amor. Las interpretaciones de mujeres de canciones de amor son siempre dolorosas y en cambio, si son hombres, el vocabulario tiene siempre carga sexual. El 20% de las letras interpretadas por hombres tratan a las mujeres de forma despectiva, como objeto, como frívola o prostituta. El 77% de las canciones más vendidas están interpretadas por hombres. Una imagen muy habitual es la relación amor/sufrimiento. Está alrededor del 60% de las canciones que hablan de amor. El 42% de las canciones transmiten siempre una imagen de actitud pasiva de las mujeres.

el 86% de las canciones giran en torno a la temática del amor

 

De la misma manera que los relatos populares han creado modelos de conducta que han llegado hasta esto, deberíamos crear nuevos relatos, ¿quién sería el encargado de crearlos? Es una cuestión cultural profunda, histórica.

Lidia Cacho, periodista y defensora internacional de los derechos humanos, ha trabajado en la investigación y la denuncia de la violencia. Junto a muchos activistas e intelectuales, llevan años trabajando en la creación de las llamadas escuelas de paz. Con todo lo aprendido, está trasladando a las escuelas un modelo educativo para que piensen en la gestión pacífica de los conflictos, la igualdad como forma de relacionarse… Creo que tiene que haber una relación directa en el trabajo político en coordinación con el trabajo de las mujeres. Hay que abrir una vía en el terreno nacional e internacional con los movimientos de mujeres, con la gente que trabaja cotidianamente con la violencia. Y desde ahí, establecer planes de educación y políticos. Las claves están, el diagnóstico está, la metodología está… Solo hace falta voluntad política y respeto desde los medios de comunicación.

 

¿La clave está, como se suele afirmar, en la educación?

Cuando hablamos de una transformación, hablamos de algo que tiene que producirse de una manera transversal en todos los ámbitos. Pero también estamos hablando de algo que es la clave: La falta de voluntad de los varones, que no están dispuestos a perder sus privilegios. Ese es un elemento clave. Y es un tema de voluntad. Los varones son conscientes del maltrato, lo ejercen porque les beneficia. No porque estén locos, sino porque les confiere el beneficio de tener más tiempo para ellos, de sentir que mandan, de ser obedecidos, de no negociar.

les confiere el beneficio de tener más tiempo para ellos, de sentir que mandan, de ser obedecidos

 

Luego es una construcción económica. Perder o ganar tiempo son cuestiones económicas.

Los hombres llegan al mundo con un carné VIP que les permite la entrada a todos los espacios. ¿Quién sacrifica en desarrollo económico para tener una mejor posición? Ellas. ¿Quién hace los másteres, quién se prepara, quién después de eso desarrolla una carrera, quién puede viajar? Ellos. La sociedad la dirigen quienes tiene tiempo y la posibilidad de formarse. El ámbito privado, históricamente, está destinado a las mujeres. Ahí entra el matrimonio y todas las instituciones que se han ido creando en connivencia con la Iglesia. El poder político y el de la Iglesia han ido ligados siempre y dirigidos a controlar el cuerpo de las mujeres. El único punto en el que se ponen de acuerdo todas las religiones in excepción es en el control de los cuerpos de las mujeres.

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Periodista y escritora, estudió Ciencias de la Información en la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha ejercido como periodista en El Mundo, Cadena Ser, Radio Nacional de España, El Periódico de Cataluña, Cuatro, Telecinco, Antena3 Televisión,... Ha sido (por este orden) redactora de calle, entrevistadora, reportera, guionista de radio y televisión, columnista política, analista política, columnista cultural, articulista, jefa de sección, jefa de redacción y subdirectora. Directora de D16.com

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