Lejos, al menos en principio, de estar en nuestro ánimo el cuestionar las bondades cuando menos asociadas el periodo en el que raudos nos embarcamos, lo cierto es que sí consideramos una vez más oportuno “revisar”, siempre desde el mayor de los respetos, la consistencia del que sin duda se ha convertido en uno de los fenómenos con más nutrida correspondencia de cuantos conforman el calendario de nuestra sociedad; sobre todo en lo concerniente al arrastre que suscita.

Pero, más allá de las fenomenologías tradicionales, o incluso superadas las más recientes a la par que más mercantilistas versiones que el fenómeno trae aparejado. ¿Qué significa la Navidad?

El fenómeno de la Natividad, al menos tal y como lo conocemos o mejor dicho, tal como lo designamos en la actualidad, no responde, al menos como cabría esperarse, un fenómeno homogéneo. En realidad no lo ha sido ni en su forma, ni por supuesto en su fondo.

En términos estrictamente conceptuales, la Navidad viene a ser, al menos para los cristianos católicos, la fiesta designada en pos de conmemorar el nacimiento de Jesús el llamado Cristo. (…) el cual acabará por ser reconocido como Mesías. Sin embargo, el carácter ambiguo, cuando no heterogéneo al que se presta la interpretación de estas consideraciones, acaban por confeccionar un marco lo suficientemente propenso a las interpretaciones, que más allá de consideraciones plenarias nos lleva a poder cuestionar incluso, la certeza de las fechas a las que el mismo viene referido.

Así, acudiendo a fuentes objetivas, la fiesta, en tanto que tal, no aparece en los catálogos a tal efecto considerados, y siempre según fuentes propiamente cristianas; hasta más de doscientos años después de comenzada la propia Era Cristiana. Estos catálogos, cuyo origen hay que buscarlo en IRINEO, siendo después perfeccionados por TERTULIANO, se redactan con el fin de tener un documento fidedigno a la hora de escenificar de forma correcta los protocolos destinados a honrar una suerte de fondo que, al menos en lo que concierne a la semántica cristiana, se halla aún en ciernes.

Pruebas de tamaña debilidad, podemos encontrarlas por ejemplo en la controversia más que evidente que se suscita en pos de lo atinente a la fecha propiamente dicha en base a la que tendrá lugar el por otro lado innegable nacimiento de Cristo. Así, si nos atenemos a la múltiple documentación existente en pos del desencadenante de la salida de María y José de Nazaret; a saber el obligado cumplimiento con el proceso de ser censados en sus lugares de nacimiento; las fechas oficialmente señaladas en la documentación original romana, de cuya fidelidad no podemos dudar toda vez que responden a la constatación certera de la que por entonces era la administración mejor dotada, toda vez que sus datos se encontraban vinculados a la Administración de Tributos; y como por todos es sabido tal rama es y ha sido siempre la más eficaz de cuantas se conocen en tanto que de su eficacia depende en mayor o menor medida la supervivencia de cualquier administración, incluyendo por supuesto en este caso el mismísimo Imperio Romano; vendrían a considerar la fecha del evento en torno al 20 de mayo ¡del año menos cinco!

A tal fecha se consignará la tradición, siendo CLEMENTE DE ALEJANDRÍA, el primero que dé verdaderas muestras de creer en la importancia de la fecha. Así, siguiendo tradiciones ancestrales vinculadas a conocimientos egipcios, éste acabará señalando como deseada, la fecha que gira en torno al 20 de mayo; quedando tal hecho así asumido desde el doscientos de nuestra Era, lleve a considerar formalmente la fecha del hecho universal el 25 de diciembre, (en el vigésimo octavo año de Augusto.)

Sin embargo, cuestiones de diversa índole llevan a SEXTO JULIO AFRICANO a conciliar los debates señalando desde al año 221 el 25 de diciembre como fecha constatable en torno a la cual ubicar todos los hechos referidos al nacimiento de Jesús. Con todo, el I CONCILIO DE NICEA celebrado en el 325 lleva a la Iglesia Alejandrina a constatar la plena aceptación y consolidación de los procesos en base a estos principios.

En cualquier caso, las cuestiones que no aparecen del todo claras, o que incluso han sido convenientemente manipuladas en torno al nacimiento del supuesto Salvador, son muchas, y de la más diversa índole, a lo largo de la Historia, comenzando todo ello desde, literalmente, el principio.

Así, el nacimiento de Jesús acontece en el que posiblemente venía a ser el más agitado de los momentos que regían las relaciones entre Roma, como metrópoli, y la provincia de Judea. Si bien tales relaciones nunca habían sido ni mucho menos buenas, lo cierto es que desde los lamentables acontecimientos del Robo del Tesoro del Templo, y en especial tras los sangrientos acontecimientos con los que se reprimieron las acciones que para mostrar su desencanto el Pueblo de Israel había desencadenado; lo cierto es que con la pequeña guarnición sita en la Fortaleza Antonia, el poder de Roma se había mantenido firme sin tener que ir mucho más allá de las consabidas manifestaciones de fuerza encaminadas a constatar no tanto la fuerza existente, como sí más bien la percibida.

Pero las cosas estaban en pos de cambiar sobre todo a partir de la consolidación de factores que un primer momento podían parecer anecdóticos, pero cuya accidental coordinación terminaría por dibujar un escenario altamente preocupado. Así, la otrora evidente autoridad en torno de la cual se mantenía inexpugnable el poder del Imperio, autoridad que giraba de manera igualmente evidente en torno a la figura misma del Emperador, mostraba en este caso evidentes fisuras toda vez que el Emperador mismo, Augusto, mostraba evidentes síntomas de debilidad, debilidad ésta que las mismas crónicas de la época salpican con episodios de marcadas crisis de carácter psiquiátrico, las cuales en todo caso le obligaban a ausentarse periódicamente de sus obligaciones para con el gobierno, lo cual era aprovechado por sus delegados, e incluso por sus detractores, para llevar a cabo toda clase atrocidades.

Desde semejante consideración, resulta en principio bastante sencillo, casi obvio, confeccionar un espacio contextual dentro del cual aquellos que formaban parte de las estructuras de mando, bien por su especial capacitación, o en la mayoría de los casos por ser del gusto del tirano, conspiraban unas veces, y se conjuraban las más en pos de garantizarse en unos casos su favor, imprescindible si el mencionado sobrevivía; a la par que movían sus piezas para estar igualmente bien posicionados unan vez que producida la muerte de éste; SAJANO, el favorito y por ende el que más cerca se encontraba de heredar el cargo, tuviera a bien cuando menos en un primer momento, regalar sus favores, cuando no simplemente promover una dispensa.

Tal era el ambiente en el Imperio, ambiente del que no eran obviamente desconocedores en Judea, y que en el caso de la Familia de los Herodes, resultaba especialmente preocupantes.

Especial odio dirigían hacia el Emperador, casi tanto como el miedo que sentían de su perro fiel. Tales sentimientos precipitarían la muerte de uno, y arrojarían al destierro a la Galia al otro. Pero antes desencadenarían una serie de acontecimientos imprescindibles para comprender el desarrollo general de los hechos que a la larga mantendrían viva la llama de todo lo que hoy conforma la Tradición.

A medida que la debilidad del Imperio comenzaba a hacerse patente en las provincias, éstas, sobre todo las limítrofes, comenzaron a recuperar esperanzas de volver a disfrutar de una libertad antaño perdida. Como tales, germinarán grupos que desde líneas muy diversas, promoviendo unos la acción pacífica, y fomentando otros la lucha armada; convergerán en la convicción del derecho a la plena autonomía del que Judea, como tierra prometida, se había hecho acreedor.

Si bien unos y otros promueven opciones muy distintas, lo cierto es que en el ánimo de todos resuenan las voces de una tradición que desde muy antiguo promete la llegada de un Salvador. El Messhias, para unos ese salvador, para otros el anunciador de lo que finalmente, está por llegar.

 De tal manera que el anuncio que producido de una manera u otra en relación a lo que está por venir, y por supuesto del papel que Jesús habrá de jugar a tal respecto; no solo da lugar a distintas interpretaciones sino que tal y como puede deducirse de las interpretaciones que del mismo se hacen en diversos documentos obtenidos en Qumrán, será su propia madre, a la vez que sus hermanos, quienes confundan el carácter salvador de Jesús, llegando a presuponer, sobre todo en el caso de María, una predisposición destinada a lograr la salvación terrenal de su tierra, considerando que el Mesías lo sería capitaneando al recién reforzado grupo de los Zelotas, a la sazón guerrilleros resurgidos a la sombra de un nunca extinguido del todo grupo de revolucionarios que a su manera daban la batalla al invasor romano desempeñando acciones de guerrilla, en cualquier caso más cercanas si cabe al bandolerismo, lo que les hacía si cabe más despreciables a ojos de los romanos.

Así que, como muestra, bien podemos considerar lo expuesto como muestra suficiente en pos de consolidar la certeza de que la Navidad puede ser de todo, menos por supuesto esa muestra de homogénea universalidad en la que la mayoría pretende regodearse.

Con todo, ¡Feliz Navidad!

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Natural de La Adrada, Villa abulense cuya mera cita debería ser suficiente para despertar en el lector la certeza de un inapelable respeto histórico; los casi cuarenta años que en principio enmarcan las vivencias de Jonás VEGAS transcurren inexorablemente vinculados al que en definitiva es su pueblo. Prueba de ello es el escaso tiempo que ha pasado fuera del mismo. Así, el periodo definido en el intervalo que enmarca su proceso formativo todo él bajo los auspicios de la que ha sido su segundo hogar, la Universidad de Salamanca; vienen tan solo a suponer una breve pausa en tanto que el retorno a aquello que en definitiva le es conocido parece obligado una vez finalizada, si es que tal cosa es posible, la pausa formativa que objetivamente conduce sus pasos a través de la Pedagogía, especialmente en materias como la Filosofía y la Historia. Retornado en cuanto le es posible, la presencia de aquello que le es propio se muestra de manera indiscutible. En consecuencia, decide dar el salto desde la Política Orgánica. Se presenta a las elecciones municipales, obteniendo la satisfacción de saberse digno de la confianza de sus vecinos, los cuales expresan esta confianza promoviéndole para que forme parte del Gobierno de su Villa de La Adrada. En la actualidad, compagina su profesión en el marco de la empresa privada, con sus aportaciones en el terreno de la investigación y la documentación, los cuales le proporcionan grandes satisfacciones, como prueba la gran acogida que en general tienen las aportaciones que como analista y articulista son periódicamente recogidas por publicaciones de la más diversa índole. Hoy por hoy, compagina varias actividades, destacando entre ellas su clara apuesta en el campo del análisis político, dentro del cual podemos definir como muestra más interesante la participación que en Radio Gredos Sur lleva a cabo. Así, como director del programa “Ecos de la Caverna”, ha protagonizado algunos momentos dignos de mención al conversar con personas de la talla de Dª Pilar MANJÓN. Conversaciones como ésta, y otras sin duda de parecido nivel o prestigio, justifican la marcada longevidad del programa, que va ya por su noveno año de emisión continuada. Además, dentro de ese mismo medio, dirige y presenta CONTRAPUNTO, espacio de referencia para todo melómano que esté especialmente interesado no solo en la música, sino en todos los componentes que conforman la Musicología. La labor pedagógica, y la conformación de diversos blogs especializados, consolidan finalmente la actividad de nuestro protagonista.

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