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De igual a igual

Eduardo Rivas
Eduardo Rivas
Licenciado en Ciencia Política
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análisis

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La República Argentina y la República Plurinacional de Bolivia entraron en una espiral de conflicto diplomático por, al parecer, la atención sanitaria de ciudadanos bolivianos en centros médicos de Jujuy, provincia argentina norteña limítrofe con el país andino. Según se anunció en Buenos Aires, Argentina solicitó a Bolivia un acuerdo de tratamiento recíproco para sus ciudadanos que fue denegado por el gobierno de Evo Morales. Ante esta situación, el gobierno jujeño decidió cobrar un coseguro a los extranjeros que se atiendan en sus hospitales.

Pero ante esta denuncia el gobierno boliviano salió rápidamente a negar que Argentina haya ofrecido un acuerdo de reciprocidad, aunque poco después debió desdecirse y asumir que la Embajada argentina había enviado una nota proponiendo la suscripción de un Convenio de reciprocidad, que el Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado Plurinacional de Bolivia desestimó por entender que ‘de la revisión de la norma jurídica vigente y el área técnica correspondiente, se tiene que son beneficiarias y beneficiarios de la atención integral y protección financiera de salud, todos los habitantes y estantes del territorio nacional que no cuenten con algún seguro de salud’ y que pertenezcan a alguno de los grupos de riesgo.

Pese a esto, el gobierno jujeño decidió avanzar con el cobro a los extranjeros que se atiendan en sus hospitales ‘en base a la reciprocidad, para garantizar el principio de igualdad. No logramos tener un convenio con los países limítrofes y con otros países… si cuando vas a Europa o Estados Unidos te arrancan la cabeza’… pero sin embargo no es esa la discusión de fondo, puesto que cuando se ve la estadística provincial de atención sanitaria se ve que en 2017 que de quienes se atendieron por guardia tan sólo el 7,01% eran bolivianos, en el caso de los consultorios externos el indicador se eleva al 8,02%. Donde sí se observa una alta participación de bolivianos respecto al total de pacientes es en el referido a los nacimientos, donde en 2017 fueron según el ministro de salud local el 21,61%.

Se podría plantear entonces una diferenciación entre atención de urgencia o atención programada, incluso se podría debatir si la propuesta del gobierno jujeño va en línea con el principio constitucional consagrado en el Preámbulo de la Carta Magna que sostiene que es objeto de la misma el ‘promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino’, y en tal caso debatir si los pacientes bolivianos quieren habitar o no el suelo argentino. Incluso si el gobierno nacional quisiera, Argentina podría aplicar la llamada ‘Ley de Migraciones’, que en su artículo 120 establece que ‘El Poder Ejecutivo podrá suspender los beneficios otorgados por la presente ley respecto de los súbditos de aquellos países que tengan establecidas restricciones para los ciudadanos argentinos allí residentes, que afecten gravemente el principio de reciprocidad’, pero entendemos que la discusión es otra.

De hecho Bolivia decidió tras la disputa diplomática, según manifestó su canciller Fernando Huanacuni, que ‘Anunciamos que se hará una adecuación de nuestra norma interna para otorgar atención en reciprocidad para que ciudadanos argentinos gocen de los mismos derechos que los bolivianos en nuestro territorio’.

Por lo tanto la cuestión no pasa por las prestaciones sanitarias, la cuestión de fondo es qué tipo de relaciones quiere tener Argentina con el mundo… y con los diferentes países del mundo. La cuestión de fondo es si los principios que se dicen defender se defienden efectivamente o si es tan sólo un ‘acting’ para la hinchada.

Hoy en día se argumenta la necesidad del coseguro como una suerte de reciprocidad, pero en agosto de 2016 el gobierno de Macri firmó el decreto 959 que modificaba el decreto firmado por Cristina Kirchner que creaba la ‘tasa de solicitud de ingreso al país por motivo de turismo o negocios, la que deberá ser abonada al momento de ingresar a la República Argentina, por los extranjeros que se encuentren eximidos de la visación consular argentina por motivos de turismo o negocios y que sean nacionales de países que exijan a los ciudadanos argentinos el pago de una tasa por la solicitud y/o tramitación de visa consular de ingreso a sus respectivos territorios’. Por el nuevo decreto el gobierno argentino exceptuaba, taxativamente, a los ‘ciudadanos nativos de los Estados Unidos de América que por cualquier motivo ingresen al Territorio Argentino’. Se promueve la igualdad, pero hay algunos más iguales que otros.

No es entonces la cuestión de la reciprocidad lo que está en juego, lo que se debe definir es qué vamos a entender por nacionales. Históricamente Argentina fue muy amplia para recibir migrantes, y organizó el país sobre la inmigración. A principios del siglo pasado casi un tercio de los habitantes del país eran extranjeros, y fueron ellos y sus descendientes quienes fundaron las raíces de lo que hoy es Argentina. Sobre este criterio, no fueron pocas las voces argentinas que se alzaron cuando el Reino de España, en épocas de José María Aznar, había endurecido las condiciones para los migrantes argentinos que llegaban a la ‘Madre Patria’, pero sin embargo estas voces no se alzan hoy en día. Decía Facundo Cabral que los argentinos somos europeos desterrados, y para muchos efectivamente es así… el tema es que cuando vamos a Europa no piensan lo mismo y eso no nos gusta.

Es el tan mentado haz lo que yo digo pero no lo que yo hago.

Cierto es que cambiaron los tiempos y la Argentina de hoy no es la de finales de 1800, y quizás haya cambiado el criterio respecto al trato que se le debe dar a los extranjeros (en mi opinión no debería modificarse), pero si así fuera, entonces se deberá considerar que por reciprocidad nuestros connacionales recibirán ese trato fuera de nuestro país. Y fundamentalmente, una vez establecido el criterio que se va a utilizar, hacerlo de manera similar para con todos los extranjeros, o asumir y hacerse cargo que hay algunos más iguales entre los iguales, y que mientras el gobierno anterior hablaba de Patria Grande e incluía a los países de América Latina, ahora ese concepto de Patria incluye a Estados Unidos de América.

 

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