Foto: Casa Real noruega

Son cinco de los países más desarrollados y modernos de Europa y del mundo y en los que  los derechos y las libertades personales y colectivos, las coberturas sociales, el bienestar y la cultura, la ciencia y la formación y la importancia de la sociedad civil se encuentran en los niveles más altos del Planeta.

Se trata de Dinamarca, Noruega, Suecia, Bélgica y los Países Bajos u Holanda. Y son monarquías, parlamentarias, estados federales algunos y con un perfil común como es el no haber iniciado nunca, en los tiempos contemporáneos,  una guerra declarándose abiertamente neutrales. Una neutralidad que rompió en dos ocasiones Alemania en el Siglo XX: La I y la II guerras mundiales cuando los invadió o atacó.

Dinamarca se convirtió en monarquía constitucional en 1849, aboliendo el absolutismo que regía el país desde 1660. En 1901 el país se convierte en monarquía parlamentaria.

Holanda hizo lo mismo, creación de una monarquía parlamentaria, en 1848, Suecia en 1814 y en 1921 pasó a ser una monarquía parlamentaria.

Noruega, por su parte, lo hizo en 1884 y a principios del Siglo XX sus ciudadanos aprobaron que su país siguiera bajo la forma de monarquía, lo que aprobó después el Parlamento.

Bélgica, con algunas diferencias históricas y políticas, es igualmente monarquía parlamentaria, en un estado federal, con dos comunidades diferentes y con lenguas diferentes: valones y flamencos.

Los símbolos y los valores

Los monarcas, en los casos anteriores, son reconocidos como un símbolo de los valores que posee el país: un determinado modelo político, social y de convivencia. Por tanto, forman parte del propio país. No existe división entre monarquía y ciudadanos, nadie ha impuesto nada, todo se ha asumido libremente y cada uno representa el papel que le corresponde en un marco institucional, legal y constitucional democrático.

Los gobiernos llegan y se van cumpliendo la rutina constitucional, pero los reyes permanecen porque significan la unidad del país y la continuidad de un sistema y un modelo basado en unos valores ineludibles.

Quizás esto pueda ser útil para responder a la pregunta ¿Cómo puede haber monárquicos en Dinamarca, Noruega, Suecia, Bélgica u Holanda?

Porque son países en los que los ciudadanos y las leyes están antes que los reyes, como se dice, por cierto, a propósito de esto en los antiguos fueros de Aragón. Un reino en el que sus reyes lo eran tras pronunciar ante las cortes el mítico juramento:

“Nos, que somos tanto como vos y todos juntos más que vos, os hacemos rey de Aragón, si juráis los fueros y si no, no”.

Servir

Este año se celebra el nonagésimo aniversario de la reina Isabel II que lo es del Reino unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Ojo, al matiz: Reino unido, no único ni unitario. Un Reino unido que integra dieciséis naciones, aunque sea formalmente, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Jamaica, Barbados, Bahamas, Granada, Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón, Tuvalu, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Belice, Antigua y Barbuda y San Cristóbal y Nieves. Además de Gales y Escocia en donde se ha celebrado un referéndum hace dos años para decidir si sus ciudadanos querían seguir formando parte o no de Gran Bretaña.

En sus sesenta y tres años de reinado Isabel II ha intervenido públicamente en miles de ocasiones y en muchas de ellas al referirse al papel de la corona emplea, sin falta, una expresión: Servir.

La cuestión no está por tanto es la pregunta de ¿cómo puede haber monárquicos en uno u otro país?.

La respuesta es solo una: no es el modo, sino la forma.

1 COMENTARIO

  1. Posiblemente sea porque haters de las monarquias estáis equivocados.
    Muchos de los países más avanzados del mundo tienen monarquía, por algo será

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