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Combatir al fascismo

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análisis

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Que Vox o Ciudadanos se paseen dando mítines en los lugares donde más reacción de rechazo pueden provocar es parte de su estrategia. Lo hacen continuamente, y de las últimas veces, quizás la más descarada fue en Alsasua.

No es casual. Saben perfectamente que sus formaciones políticas son legales. Y que, por lo tanto, cuentan con el derecho de hacerlo: la libertad ideológica y la libertad de expresión les amparan. Dentro de un sistema que se dice democrático hay diferentes opciones ideológicas y todas tienen que poder expresarse, hacer reuniones, y dar sus mitines (pidiendo los permisos oportunos). La extrema derecha de este país también.

El problema quizás sea si organizaciones como Vox, con mensajes claramente racistas, machistas, excluyentes, que atentan contra los principios fundamentales recogidos en el ordenamiento juíridico, debieran ser legales. En mi opinión, ahí es donde está la cuestión. Porque una vez que son organizaciones legales, que pueden concurrir a unas elecciones, podrán causar rechazo, pero sus derechos han de ser respetados. Como los de cualquiera. He aquí la paradoja: mientras ellos se aprovechan de que el sistema les ampara porque son legales, van contra el propio sistema. Es desde la perspectiva de un demócrata desde donde ha de hacerse el equilibrio y el ejercicio que puede suponer a veces un esfuerzo: defender la libertad de expresión cuando estamos de acuerdo con lo que se dice, es sencillo. No lo es tanto cuando lo que escuchamos nos molesta profundamente.

¿Cabría plantear la ilegalización de partidos que atentan contra principios fundamentales, incluso derechos humanos? En mi opinión sería lo necesario. Y ¿qué hacer en estos casos? Pues a la ciudadanía no le queda más remedio, si quiere seguir los cauces democráticos y las vías establecidas por un estado de derecho (por muy cuestionable que este sea), que denunciar cada manifestación, cada ataque, cada provocación.

Cuando los grupos de extrema derecha se manifiestan, suelen hacerlo pidiendo sus respectivos permisos. Por lo tanto, estas manifestaciones, de ser permitidas, son legales. Y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han de velar porque haya una actitud cívica y pacífica en las mismas.

¿Qué sucede cuando se convocan contramanifestaciones antifascistas? Que en la mayoría de los casos, suelen ser «espontáneas» (a veces no y concurren en otro lugar distinto), y en este sentido no cuentan con el permiso pertinente para ello. En la medida en que suponga un tumulto, en la medida en que se esté dificultando el paso, o incluso se increpe a los «manifestantes autorizados», la policía interviene. ¿Por qué? Porque es su función. Ahora bien: otra cosa será la manera de intervenir, la proporcionalidad con que lo haga y si es necesario aplicar violencia. Porque en algunas ocasiones estamos viendo cómo la violencia ejercida por las fuerzas y cuerpos de seguridad no se justifica en absoluto. Y ahí es pertinente que se intervenga por parte del gobierno correspondiente.

A veces sucede que no sucede nada. ¿Qué significa esto? Pues que ante una manifestación no autorizada, sencillamente no hay altercados, no hay violencia ni provocación de ningún tipo por parte de los manifestantes. Y en algunos casos se produce una situación en la que nadie se mueve. Hasta que algo ocurre. ¿Y qué suele ocurrir? Que aparece una botella, una piedra, algún objeto que vuela desde las primeras filas de los manifestantes contra la policía. Es la «señal» que los policías necesitan para comenzar a «cargar».

Lo cierto es que puede ser cualquiera, y normalmente, los rostros tapados, hacen que el supuesto anonimato sirva para actuar de manera más o menos impune. Aunque a veces, nos encontramos con imágenes como ésta: según este video, en una concentración tranquila, algunos comienzan a lanzar cosas contra la policía, provocando así las cargas. ¿Quiénes eran en realidad? Miren este video. Según lo que se puede ver, llama la atención que la presencia de infiltrados pueda tener algo que ver con las cargas que después se producirían.

Acciones policiales fuera de protocolo

Es frecuente observar cómo algunos agentes se saltan el protocolo. Cómo agreden de manera violenta, desproporcionada a personas absolutamente inocentes que nada tienen que ver con ningún tipo de violencia. Hemos visto, sin ir más lejos ayer, imágenes que demuestran el uso de armas no reglamentarias y prohibidas, por parte de los agentes  (como una porra extensible). Lo hemos visto y esto ha de ser inmediatamente denunciado, con las consiguientes medidas disciplinarias que sean pertinentes.

Si en el caso específico del que hablamos, el Consejero de Interior de la Generalitat, Miquel Buch no responde con contundencia, debería dimitir.

«Al fascismo no se le debate, se le combate»

Esta frase, tan leída últimamente en redes sociales, es peligrosa. Lo es porque en un estado de derecho, (por muy cuestionable que este sea), hemos renunciado a la ley del talión. Al «ojo por ojo», a la «justicia privada». O al menos en eso consiste parte de nuestro «contrato social». Nosotros renunciamos a la violencia para que sean las normas, las vías judiciales, las que se encarguen de administrar justicia (en teoría).

Sin embargo, la extrema derecha sabe que de alguna manera se está colando en el sistema para ampararse en él y desmontarlo desde dentro. Es evidente. Y frente a ello, no es tarea sencilla plantarles cara desde los parámetros democráticos y judiciales. Pero es la única vía legítima.

Vemos cómo las concentraciones antifascistas pretenden «plantar cara» a las provocaciones de la extrema derecha. Y en este sentido, podrían estar haciendo, precisamente, lo que la extrema derecha quiere: darles motivos para exigir sus derechos y presentarse a la sociedad como «personas respetables que no pueden ejercer sus derechos». De esta manera, se crea una noticia donde no debiera haberla, se pone el foco sobre un mitin que en realidad no lo habría tenido, y además, las imágenes de gente encapuchada lanzando vallas contra la policía dan la imagen de la violencia que precisamente la derecha necesita para justificar la intervención del Estado. Vaya, un plan perfecto para que la extrema derecha tenga una relevancia que, por sí sola, no tendría.

Y además, el hecho de que, como ocurrió ayer ante las imágenes que vimos en Gerona, se pueda identificar al todo por la parte, me refiero al independentismo, les beneficia más todavía. Porque el independentismo, el soberanismo, el republicanismo, es antifascista. Pero no todos los antifascistas defendemos el hecho de montar contramanifestaciones, de lanzar vallas, sillas o lo que sea a la policía. Pero claro: algunos consideran que frente al fascismo, hay que defender cualquier acción que se lleve a cabo, sea la que sea. Y es por ello, que podemos comprobar cómo se justifica, se dulcifica o directamente no se condenan las actitudes que ayer todos pudimos ver. Minoritarias, sin duda, pero violentas.

Y de esta manera, han caído en la trampa. Justificar, y no condenar, la violencia ejercida por parte de algunos radicales, le hace daño a todo un movimiento que ha defendido siempre sus posiciones desde la no violencia. Es así de sencillo. Y es precisamente lo que el Estado español necesitaba encontrar. La extrema derecha le ha servido perfectamente bien para ser la chispa que consiguiera encontrar esas imágenes que hace un año se buscaban.

La policía, por su parte, tendrá que responder, como ya ha exigido esta misma mañana el Presidente Quim Torra, a su consejero Miquel Buch. Porque ayer los mossos causaron heridos graves, y concretamente pudimos ver cómo agredían a un señor que nada tenía de violento y que en nada estaba participando en las actitudes lamentables de algunos manifestantes. Y la violencia desproporcionada de algunos agentes ha de ser investigada y sancionada.

Pero desde luego que la sociedad, y sobre todo los antifascistas, han de reflexionar sobre qué tipo de acciones quieren llevar a cabo para «plantar cara al fascismo». Porque precisamente actuando como actúan están dándoles visibilidad, haciéndoles pasar por «víctimas» y obtener así además una «solidaridad» por parte de quienes no están consiguiendo saber quiénes realmente son estos fascistas disfrazados de demócratas. Mucho me temo que «combatirles» así, a las bravas no es la manera más inteligente para desenmascararles. Además, evidentemente que abre unos precedentes que no son saludables para la convivencia. Porque mañana serán los fascistas los que acudan a reventar un acto de alguien, (cosa que ya hacen) y no podemos terminar defendiéndonos en batallas campales cada día. Para eso se supone que hemos creado las Fuerzas y Cuerpos de seguridad. Ahora bien: han de actuar siempre con proporcionalidad, rigor y profesionalidad. Cosa que también han de revisar.

En conclusión: observo que a algunos les cuesta mucho condenar acciones violentas cuando vienen de su entorno. Me parece un error que puede llevarse por delante toda una tarea, la de la defensa pacífica y no violenta, que ha generado además muchos apoyos.

Tiene, además, la causa independentista, presos políticos y exiliados. Y ellos son los que además están liderando movilizaciones haciendo uso de las herramientas no violentas por antonomasia, las más bestiales, como es la huelga de hambre. Están siendo referentes en el mundo de una lucha fundamentada en la defensa de las ideas a través de las urnas, del diálogo y de la paz. Sinceramente, dudo (por decirlo suave, porque estoy convencida) de que el más mínimo altercado violento desde quienes dicen defender su causa, no les viene nada bien.

Así que, para «combatir al fascismo», bien vendría una reflexión más profunda.

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4 COMENTARIOS

  1. Pues creo que tenemos VOX para rato.creo que lo de -andalucia solo ha sido el aperitivo. Circulan encuestas independientes, que le dan en varias comunidades como primera fuerza. Incluso en Pais vasco cuya fuerza nacionalista es incuestionable les dan como segunda fuerza y a pocos puntos del PNV. Tendremos que hacernos a la idea de que Vox va a tener mucha fuerza.
    en cuanto a la estrategia que han adptado topdos los partidos desde PSOE hasta Bildu, de tacharlos de fachas. populistas, vendidoa a Israel, topos de Putin, etcccc. a mi juicio es contraproducente,porque trasmite la idea de que seunen todos desde la derecha hasta los batasunos, porque ven peligrar su pesebre. De hecho las encuestas desde lo de Andalucia , les van mejorando dia a dia. Yo creo que el dato es para pensarselo en vez de criticarles, Y ya el colomo ha sido lo de algùn partido , que ha echado a al gente a las calles porque no le ha gustado wel resultado de andalucia. Cuidado con eas cosas que son muy peligrosas.españa hoy por hoy es un pais democràtico.La mejor manera de combatir a Vox , es hacerlo mejor que ellos, pero no se si estàn por la labor. Criticàndolos logran màs votos, està demostrado, aprte de que se hace el ridiculo mas espantoso. Les han puesto todo tipo de calificativos, desde fascistas hata populistas , y el efecto a sido el contrario.

  2. yo creo, que en un pais democràtico, quienes tienen que opinar sobre VOX, son los ciudadanos con el voto. No podemos pedir su ilegalizacion porque no estemos de acuerdo con sus ideas. Por esa misma via ellos podrian pedir la ilegalizacion de lso demàs. Quièn tien que juzgar son los ciudadanos. Aveces pienso que los politicos tienen un concepto de los ciudadanos, de que se son poco menos que analfabetos, No señor el ciudadano en general, sabe muy bien lo que quiere. Segùn la teoria de la mayoria de partidos , los 400000 votos han venido de gente inculta , que no sabe ni lo que vota. grave error, solo hay que repasar , de donde han venido con datos reales de escrutinio. Han venido desde la barriada mas pobre de Sevilla, , hasta de los barrios mas adinerados, pasando por un alto porcentaje de jòvenes. los demas partidos en vez de acudir a la descalificaciòn , lo que tiene que hacer es un exàmen critico profundo, y analizar el porquè una formaciòn de derechas, habiendo otras dos ya consolidadas, se presenta en Andalucìa y cuando le daban como mucho un diputado, van y sacan 12. esto tiene sus causas , no es pura casualidad

  3. Se ve el plumero de quien escribe este articulo, lleno de opinión subjetiva y pensando que quien lo lee no vive en España, y no sabe de pie cojea esta señora. Antidemocrática es ella, los podemitas, los nacionalistas excluyentes y lo batasunos TERRORISTAS Y ANTIESPAÑOLES que tanto gusta a izquierdosos como Talegón. Por cierto quien vota a VOX casualmente trabaja, ha estudiado (lo cual no hace de derechas, sino que le da una ventaja intelectual solamente) y no vive del estado. Creo que no son sospechosos de ese fascismo (que lo utiliza la gente alegremente sin saber ni de donde viene, porque sino se darían cuenta que se equivocan) que tanto les gusta predicar. No todo el mundo que piensa que hay que trabajar, que esto no es jauja, que quien venga aquí tiene que ser civilizado y no imponer su cultura, que no hay que vivir de subvenciones, que cree en España, su unidad y sus símbolos, es un nazi.

  4. Se ve muy bien de que pie cojean los autores de los tres comentarios al artículo de la señora Talegón, defendiendo al monstruo como si fuera un partido democrático más.

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