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¿Tiene Ciudadanos una política exterior propia?

Entrevista a Fernando Maura, Diputado de Ciudadanos y portavoz de exteriores en el Congreso de los Diputados

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análisis

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A sus 62 años, Fernando Maura es abogado, economista, escritor y diputado en la actual legislatura por el partido Ciudadanos. Autor de varios libros, hombre comprometido con la causa del pueblo vasco contra ETA y político de formación, primero desde el Partido Popular y después desde las filas de UPD, Maura es el Portavoz de Ciudadanos en la Comisión de Relaciones Exteriores en el Congreso de los Diputados. En esta entrevista, en exclusiva para Diario 16, nos explica la propuesta de Ciudadanos en esta materia.

 

¿Qué elementos diferenciadores hay entre la política exterior que plantea Ciudadanos y los que maneja el Gobierno?

Es una buena pregunta la que plantea porque nosotros sobre todo creemos que lo que le falta a este Gobierno es ambición. La política exterior de este Gobierno se ha convertido en una acción exterior que pasa por la defensa general de los intereses de España a través de nuestras embajadas y consulados, también hay una protección general a los ciudadanos españoles en el extranjero y a las empresas. Existe, por tanto, una acción exterior pero nosotros creemos que una política exterior española propiamente dicha no existe. No tenemos presencia en Europa. Hemos colocado a Luis de Guindos en el BCE (Banco Central Europeo), pero creemos que la presencia española en Europa es muy pobre.

Tampoco estamos presentes en el gran impulso que se está dando en Europa en estos momentos y que lidera Francia con su presidente Macron. Creemos que España debería estar en ese impulso a través de una mejor y más Europa en todos los sentidos y ahora, simplemente, no estamos. Defendiendo, claro está, los intereses españoles en ese momento de construcción de una mejor Europa. España tampoco tiene ambición en el mundo, se ha querido construir un proyecto de potencia media que no molesta a nadie y que es incapaz de poner ambición en su proyección exterior. Luego hay otro gran error que es  no aprovechar el impulso de nuestra lengua en el mundo. Tendríamos que haber situado a nuestra lengua para trabajar de igual a igual con las demás naciones de América Latina. El español es un vehículo pero debe ser situado en su verdadera dimensión. Por ejemplo, el español se está perdiendo en la tercera generación en los Estados Unidos, como también ha pasado en Filipinas, que se ha perdido totalmente. Pero hay que trabajar en otros países porque con el español van también los negocios y una forma de ver la sociedad, junto con otras cosas.  Falta, como digo, más ambición en nuestra política exterior.

«España no tiene ambición en su política exterior»

 

LA IMAGEN DE ESPAÑA

¿No cree que la imagen de España se dañó mucho con la crisis de Cataluña al venderse una idea de un país dividido y enfrentado, tiene arreglo ese daño causado?

Cree que el Gobierno español ante el desafío soberanista ha tenido un elemento positivo y otro negativo. Los canales de comunicación a nivel de Gobierno con otros gobiernos han funcionado, en el sentido de que ningún gobierno en el mundo ha reconocido la independencia de Cataluña o a esa sedicente república catalana que ni siquiera los nacionalistas se creían.

Pero hay un aspecto negativo. Hemos perdido la batalla de la comunicación. No se ha sabido contrarrestar el relato de los independentistas por parte del Gobierno. Al perderse la batalla de la comunicación nuestra imagen en el exterior se ha deteriorado y también la de España, por ende. Por tanto, ese elemento se debe corregir y se puede corregir. Estamos pagando un alto coste de imagen que debemos superar a través de una política del Gobierno que recupere la capacidad de proyección exterior de España. Se comunicó mal y se está pagando. Pero también hacen falta reformas dentro para poder proyectar en el exterior la necesaria cohesión nacional del país. Esa falta de ambición de este Gobierno se muestra en la falta de iniciativas a nivel interno, y sin sin las mismas, no se puede proyectar externamente una buena imagen, como está pasando ahora.

 

LA INMIGRACIÓN

¿Cómo enfrenta el desafío de la inmigración su partido, Ciudadanos?

Nosotros creemos que es fundamental la inmigración. La realidad de Europa, como la de España, es que se ha creado un problema demográfico, invirtiéndose la pirámide de crecimiento, de forma que resultará muy difícil mantener el actual Estado de Bienestar del que gozamos los europeos. Tenemos problemas con las pensiones, tal como estamos viendo en España. Hay una preocupación por todos estos asuntos. Ciudadanos tiene una visión positiva con respecto a la inmigración en términos generales. Pero también creemos que la inmigración tiene que darse de una forma ordenada y legislada, al mismo tiempo que se debe atener a un modelo de integración. Los inmigrantes deben integrarse en los países en los que entran. España ha tenido, en este sentido, un modelo exitoso con los latinoamericanos porque no solo compartían el idioma, sino un modo de vida y unas costumbres muy parecidas. Teníamos muchos valores para compartir. Otro tipo de migraciones presentan otras problemáticas y no son tan fáciles de integrar, generándose problemas de integración que implican esfuerzos adicionales. Es decir, hay que tener una mente abierta con respecto al asunto y haciendo esfuerzos de integración.

«La batalla de la comunicación la hemos perdido en el exterior en el tema de Cataluña»

 

¿Comparte la dureza con que Hungría y otros países afrontan la política migratoria, en el sentido de cerrar casi las fronteras?

No, en absoluto. Nosotros creemos que si estamos en la Unión Europea (UE) debemos cumplir con nuestras obligaciones y las que emanan del Consejo Europeo con respecto a las cuotas migratorias y la reubicación de la inmigración. Pertenecemos a este «club» y tenemos que estar a la altura de las circunstancias. Tenemos que cumplir con esas obligaciones a las que me refería y también con las Leyes. Creo que los casos de Polonia y Hungría, en lo relativo al respeto a los derechos humanos y al cumplimiento de las normas europeas, están fuera de lugar y reflejan una falta de mesura. Estos países entraron porque se comprometían a respetar los derechos, libertades y principios propios de la UE y ahora no pueden, una vez dentro, incumplir esas normas e incluso vulnerar las mismas. No se pueden admitir esos comportamientos, hay líneas que no se pueden pasar, como ha ocurrido con esos países a los que me refería.

 

LA POLÍTICA EXTERIOR DE TRUMP

¿Cómo examina la política exterior de Donald Trump?

Es una política exterior, en primer lugar, que carece de coherencia, funciona a bandazos y a golpe de decisiones de Twitter que muchas veces se ven desmentidas por la propia realidad y por las decisiones que finalmente toma la administración norteamericana. Por otro lado, es una política exterior que se ve balanceada por las decisiones que toma el legislativo, la Cámara y el Senado de los Estados Unidos, lo que le dota de una cierta estabilidad que quizá no se percibe o se ve. Luego hay dos tercios de los puestos de la administración exterior que no han sido cubiertos y que estén vacantes perjudica a la propia política exterior norteamericana, y en este sentido estamos preocupados porque Estados Unidos ha perdido fuerza como un referente democrático en la escena internacional.

«Hay una crisis en general de la democracia que viene definida por la misma crisis social y económica por la que han atravesado los países occidentales más modernos»

Creemos que con todo y a pesar de esos antecedentes, Ciudadanos es claramente atlantista y lo será siempre, pensamos que nuestro país debe seguir siendo socio de sus aliados occidentales y de los Estados Unidos, nuestra apuesta es clara en ese sentido. Defenderemos siempre aquellas posiciones que nuestros aliados norteamericanos tengan en la escena internacional y muy especialmente en la OTAN, donde estamos y somos miembros. Pero también creemos que la UE debe de hacer un recorrido, en el sentido de llenar y cubrir los vacíos que Estados Unidos pudiera haber dejado en la escena internacional en estos años.

 

CRISIS DE LA DEMOCRACIA

¿No cree que atravesamos una grave crisis de la democracia tal como la conocíamos hasta ahora?

Evidentemente, hay una crisis en general de la democracia que viene definida por la misma crisis social y económica por la que han atravesado los países occidentales más modernos. El auge de los populismos vino muy determinado por la crisis del 2008, que todavía no ha cerrado sus heridas y no se ha solucionado definitivamente en muchos países. En España no se han recuperado todavía los niveles de empleo anteriores a la crisis y el empleo que se ha creado es muy precario. Y con niveles salariales muy bajos. Lo que hay es una crisis de respuesta a la crisis que coincide con el agotamiento de la ideología socialdemócrata. Faltan respuestas de los partidos políticos tradicionales a las demandas de la sociedad, más concretamente a las generaciones más jóvenes que buscan respuestas a la crisis. Los paradigmas tradicionales, en el sentido clásico de la derecha y la izquierda, han hecho eclosión y ya claramente nadie es tan de izquierdas y de derechas, sino que las ofertas están menos orientadas en el sentido clásico. Es el momento de soluciones más eclécticas y situadas en el centro, recogiendo lo mejor de la derecha y la izquierda. Por ese motivo, creo que es un buen momento para Ciudadanos porque presenta propuestas no tan ideológicas y que trata de dar respuestas a los problemas de los ciudadanos que buscan soluciones prácticas y precisas a sus problemas.

 

SITUACIÓN DE SIRIA

¿Cree que Europa ha estado a la altura en la crisis Siria?

Es difícil saberlo porque las intervenciones exteriores pueden dar lugar a lo que pasó en Libia, que dejó al país al borde del abismo, casi un Estado fallido. Esa crisis se produjo por una  intervención. Pero en esta crisis se han pasado unas líneas rojas en las que no solo Europa no ha dado respuesta, sino que tampoco Obama estuvo a la altura y tomó una decisión muy  contestada al no intervenir contra el régimen sirio, que como todo el mundo sabía tenía armas químicas y las utilizaba contra su pueblo. Eso le restó mucha credibilidad a los Estados Unidos. Creo que algo teníamos que haber hecho los europeos y los norteamericanos para haber detenido ese baño de sangre que parece no tener fin.

«El auge de los populismos vino muy determinado por la crisis del 2008, que todavía no ha cerrado sus heridas y no se ha solucionado definitivamente en muchos países, incluyendo a España»

 

VENEZUELA

¿Comparte la posición del gobierno español con respecto a la crisis de Venezuela?

Nosotros creemos que en el caso de Venezuela estamos con la posición del gobierno español y creemos que se está haciendo bien, aunque como he dicho antes debería haber sido más ambicioso en el aspecto de las sanciones al régimen en coordinación con nuestros socios europeos. Lo que más nos preocupa en estos momentos es la crisis humanitaria que padece el pueblo venezolano, que ha sido conducido a vivir condiciones muy extremas, pero al que no se le puede ayudar porque el gobierno de Maduro se niega a aceptar la evidencia de que el país vive una crisis humanitaria. No se permite la entrada de ayuda exterior y la situación se está desbordando con un auténtico éxodo. Se habla de que el 10% de la población venezolana se ha ido del país, algo más de tres millones. Tiene que haber un esfuerzo más activo de nuestra cooperación internacional, tanto la española como la europea, para ayudar a esta población que huye de la tragedia que ha generado el gobierno de Maduro.

 

AMENAZA NUCLEAR IRANÍ

¿Comparte los temores de Israel en el sentido de que Irán sigue siendo una amenaza muy peligrosa para la estabilidad de Oriente Medio?

Nosotros creemos que la acción exterior española y europea es la de la defensa de los derechos humanos. El régimen iraní, desde sus inicios, ha vulnerado los derechos humanos en todos los sentidos, por no hablar de las elecciones iraníes, que son absolutamente tramposas y controladas por la Guardia de la Revolución y el Consejo de los Clérigos. Se pudo contener la amenaza nuclear con ese acuerdo con las grandes potencias que todos conocemos y que nosotros apoyamos pero no podemos ocultar nuestro recelo con los que están llamados a cumplir con sus obligaciones, que son las autoridades iraníes. Observamos con cierta preocupación lo que está ocurriendo en Irán y su influencia en toda la región, pero muy especialmente en lo que atañe a la crisis siria.

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