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Círculos

Francisco Silvera
Francisco Silverahttp://www.quenosenada.blogspot.com.es
Escritor y profesor, licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla y Doctor por la Universidad de Valladolid. He sido gestor cultural, lógicamente frustrado, y soy profesor funcionario de Enseñanza Secundaria, de Filosofía, hasta donde lo permitan los gobiernos actuales.
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análisis

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Ninguna idea es nuestra, todas han sido meollo de la vida de alguien antes: Que somos centro de un círculo y ése es nuestro horizonte, que cuando alzamos la mirada y recorremos la vida vamos llegando siempre al final reencontrando el origen… eso no pretende ser una originalidad, pero se nos olvida a menudo y terminamos creyéndonos en la absoluta perspectiva, la de la Verdad, y vamos caminando en círculos como perdidos en la nieve.

La situación en Cataluña descansa (pudriéndose muerta) en la imposibilidad del diálogo. El ser humano no es racional, ésa es una mentira religiosa para desprestigiar al cuerpo y los sentidos; comprendan ahora lo de los círculos: pensamos como racional y correcto aquello que encaja en nuestro horizonte privado, eso que también se llama universo de discurso o juego de lenguaje. Aplíquese a los grupos y valdrá la fórmula. Esto no es malo, es lo que somos. Pero hay que rentabilizarlo intelectualmente.

Sí, la Cataluña actual vive en una situación excepcional; unos niegan la realidad del círculo nacionalista y está claro que no se puede meter en la cárcel a cada quisque que interprete como injusta la legalidad vigente incluida la estructura del Estado español, la respuesta al nacionalismo no pasa por una exclusividad jurídica; pero pretender imponer una legitimidad “esencialmente superior” a este Estado con su aparato jurídico y su diversidad (y también legitimidad) y, además, sin una mayoría absoluta social que reflejara una actualidad sin divorcio en la calle, es un camino erróneo y que sólo lleva a la reafirmación del contrario.

Hemos vuelto a un bucle peligrosísimo de extremización de las posiciones. Las partes han de pintar una línea y no regolfar allende:

  1. Los delitos de que se acusa a algunos políticos catalanes son muy graves y tendrán que afrontarlos, y por más que quepan dudas sobre la separación de poderes lo que no podemos es citarlas para transmitir la sensación de que existe una estructura organizada contra “nosotros”. El problema de la Justicia española es tan castellano como catalán, tan andaluz como gallego, ¿o es que existe una jurisdicción “in pectore” catalana libre de mácula? El delito es delito y los Parlamentos han de someterse a la jurisdicción y esto carece de matices de interpretación.
  2. El Gobierno español, en nombre del Estado español, que esto se confunde últimamente mucho, debe ser el primer interesado en promover un Gobierno de concentración catalán con todas las partes implicadas que desbloquee las instituciones y acabe con el 155, y hay que aflojar la presión social debatiendo las condiciones para una consulta (sin aprioris).

Temo que el debate curiosamente no versará sobre la independencia del territorio sino que, seguro, la polémica más furiosa será determinar quién es el sujeto de derecho que podrá votar, porque si decimos “los catalanes” la habremos pifiado: estaríamos asumiendo la existencia de un pueblo y por tanto de una opresión, yo niego eso como niego la existencia de cualquier otro pueblo, porque sería dar la razón a quien me quiera acusar de ser parte interesada o “españolista” o de quien habla despreciativamente de los “catalanes”; esto elimina otra vez el debate, hay que discutir, el diálogo es la libertad. Y arranquemos de una realidad pragmática que nos dice que lo que no podemos negar ahora es la existencia de una España a la que mucha gente, mucha incluso en Cataluña, va a exigirle la defensa de sus intereses. Respetar los de todo el mundo es lo complicado, simplificar es propio de totalitarios, sean del lado que fueren. Creer que esto se resuelve con un discurso sentimental es engañar.

Querido catalán, catalana querida: si para usted sentirse plena o lleno necesita que yo viviendo sea una fuerza opresora, va usted mal: por la simpleza del argumento y porque a mí, a muchos millones de españoles (o como queramos llamarnos) nos importa un carajo España (y Cataluña). Amada Española, español amado: si cree usted en una exclusiva patria a la que pertenecer sí o sí, está usted igual en el error. La clave es que yo, y la gente de bien de cualquier sitio, no queremos asumir ni causar ningún daño personal, y esto sí es una posición ética legítima.

Por favor, ahí está el trabajo; Política de verdad, dónde estás, ¿queréis dejar de jugar con fuego? Estos meses de parón post-electoral han sido relativamente tranquilos, la mala hostia que hoy vuelvo a gastar, a mí al menos, se me había moderado; otra vez sufro con esta triste España sin ventura encaminada a la discusión en círculos absolutos; unos regionalistas-nacionalistas cuyo único final es el racismo y la exclusión: el fascismo; el otro, el círculo vacío de un Estado sin contenido ni geografía que sustituye a la inexistencia de proyecto: el fascismo.

Preparémonos.

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