Citó a Cervantes para encomendarse a dios y al diablo en una empresa quijotesca. “A cualquier mal, buen ánimo repara”, dijo Pedro Sánchez subrayando lo dicho en la obra de teatro El trato de Árgel. El Rey ha premiado con inusitada rapidez el arrojo del líder socialista para intentar formar un Gobierno de “progreso” mirando “a izquierda y derecha”. Mientras el candidato del partido más votado daba un segundo paso al lado consecutivo en su cita con Felipe VI, Sánchez reiteró ante el monarca su firme propósito de sacar al país del empantanamiento político en que se halla inmerso tras el incierto resultado de las urnas el pasado 20 de diciembre. Sabe perfectamente que lo tendrá muy difícil, pero reitera que lo va a intentar, pese las embestidas que recibe a babor y estribor, desde fuera y también desde dentro de sus filas socialistas. El reloj ha comenzado finalmente a correr, 44 días después de las elecciones.

El calendario a corto y medio plazo se presenta incierto aún, pero en el peor de los casos podrían convocarse nuevas elecciones generales rozando el verano o incluso ya pasadas las vacaciones estivales, en septiembre. En el mejor de los casos, si Sánchez consigue formar un Ejecutivo, ya sea de coalición o no, tendrá que hilar muy fino para que la investidura se adelante a la celebración del 39 congreso del PSOE, fechado para el fin de semana del 21 y 22 de mayo, después de las presiones recibidas sobre todo por la determinante federación andaluza de Susana Díaz –quien aún no ha avanzado si se presentará a las primarias para optar a la Secretaría General–, y no en junio, como pretendía Ferraz.

Una vez puestas las cartas sobre la mesa, y con el decidido y rápido encargo realizado por el rey Felipe VI ante la deriva que le mostró el candidato popular y la determinación que le ofreció sin seguridad el candidato socialista, y dada la premura que imprimen los mercados y organismos internacionales para evitar un vacío prolongado de Gobierno en España, las posibilidades reales de que surjan de estas negociaciones, que han comenzado apenas unas horas después del encargo real, son todo un misterio. Todo dependerá de la visión de Estado que tengan los líderes en liza y el equipo de negociación que Sánchez ha diseñado.

Por si PP, Ciudadanos, Podemos y algunos barones tenían dudas al respecto, Sánchez dijo tras el encargo del Rey una frase que pasará a la historia de la democracia de este país: “Yo voy en serio”, al tiempo que reclamaba a las fuerzas políticas que dejasen aparcados los vetos, las imposiciones y las líneas rojas. Definitivamente, ha llegado el tiempo de la política con mayúsculas.

Los cuatro partidos con algo que decir en estas negociaciones comandadas por el PSOE han puesto demasiado pronto sus estrategias en modo electoral

Pese a todo, también es cierto que los cuatro partidos con algo que decir en estas negociaciones comandadas por el PSOE han puesto demasiado pronto sus estrategias en modo electoral, y aunque ofrecen una tímida mano tendida para la negociación con el líder del PSOE, también dejan bien cubiertas sus espaldas de cara a un posible nuevo escenario con las urnas.

En el caso del PP, y sobre todo de Rajoy, esta apreciación es evidente. El todavía presidente en funciones sabe que su liderazgo al frente de su partido solo pasa por que Sánchez se propine un sonoro batacazo en su intento de formar gobierno. Ya solo unas nuevas elecciones puede mantener a Rajoy al frente del PP.

Sánchez, por su parte, con la baronía expectante ante sus movimientos de negociación y con la lupa puesta en lo que llegue a firmar con Podemos y otras fuerzas de tinte marcadamente independentista, sabe que se lo juega todo a esta carta. En caso de fracaso, la puerta de salida de Ferraz sería inmediata. Si triunfa, Susana Díaz volverá a decir que su tierra es Andalucía y que se debe sin duda al mandato de los andaluces.

También Podemos se juega mucho en estas negociaciones. Si no puede asaltar los cielos ni por asalto ni poniéndole pruebas-trampa a Sánchez, sabe que la travesía del desierto puede ser muy larga. En caso de mostrarse inflexibles, sus líderes son conscientes de que muchos votantes que provienen del caladero socialista podrían ver en Sánchez una víctima de la intolerancia de Iglesias y regresar al redil más pronto que tarde. O bien todo lo contrario, no cejar en remarcar sus líneas rojas para que en unas nuevas elecciones reciban un mayor respaldo de las comunidades históricas en las que el secesionismo siempre está latente, casos de Euskadi o Cataluña.

Ciudadanos, mientras tanto, es quizá la formación que más puede perder tanto si se celebran nuevas elecciones como si da su apoyo a Sánchez para formar gobierno, y mucho peor en caso poco probable de coligarse con los socialistas. Sus votantes provienen en una amplia mayoría de los caladeros populares, descontentos sobre todo por la corrupción lacerante que día sí, día no, llama a las puertas de Génova, 13. De ahí que el apoyo coyuntural que otorguen a Sánchez debe ser muy bien medido por Albert Rivera si no desea que sus votantes naturales interpreten que ha caído en brazos del PSOE. Desde Ciudadanos ya han marcado el camino con lo puesto en marcha en Andalucía: permitir una legislatura en minoría al PSOE intentando marcar el paso en cuestiones económicas sobre todo y no dejando pasar ni una en asuntos de corrupción institucional.

Sánchez echó mano de su mantra de Gobierno con tres palabras mágicas de difícil encaje visto el chocante y diverso panorama político que arrojó el 20D: “cambio, progresista y reformista”

Tras ser elegido por Felipe VI para formar Gobierno, el secretario general de los socialistas dijo que “el cambio no es patrimonio de ningún partido político ni de un líder, sino de millones de ciudadanos”. Sánchez echó mano de su mantra de Gobierno con tres palabras mágicas de difícil encaje visto el chocante y diverso panorama político que arrojó el 20D: “cambio, progresista y reformista”.

A partir de ahora, toca leer la letra pequeña y buscar puntos de confluencia. Difícil pero posible. Porque, como advirtió el líder socialista: “Todos los españoles deben tener cabida en el cambio. El cambio será de todos los ciudadanos o no será”.

2 COMENTARIOS

  1. Aquí se lava las manos hasta Su Majestad.
    Esta situación da un tufo a nuevas elecciones que tira para atrás. Quién será el más perjudicado en los nuevos comicios?, espero que siga siendo el bipartidismo.
    Seguid demostrado vuestro interés partidista.

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