Los hogares más vulnerables siguen empobreciéndose en España y los niños pobres lo son cada vez más, según denuncia la organización no gubernamental Save the Children. Solo en un año, de 2014 a 2015, el número de niños en situación de pobreza severa aumentó en 80.000, llegando a 1.388.474 niños, un 16,7 por ciento del total de la población infantil. Estos niños viven en hogares que cuentan de media con tan sólo unos 9.000 euros al año para toda la familia.

La pobreza en nuestro país también se mide por el llamado índice de privación material, que contempla los retrasos en el pago de recibos de vivienda o compras; la capacidad de mantener la vivienda a una temperatura adecuada durante los meses de frío; la posibilidad de hacer frente a gastos imprevistos; poder garantizar una alimentación adecuada o disponer de un coche, lavadora, televisión a color o teléfono. En España, 756.594 niños –un 9,1 por ciento– viven en hogares que no cumplen como mínimo cuatro de estos indicadores. Antes de la crisis había un 40 por ciento menos de hogares en esta situación.

Malnutrición y frío

Según este índice, un 3,2% de los hogares no pueden permitirse una comida de carne, pollo, pescado o equivalente vegetariano tres veces a la semana, lo que supone que unos 266.055 niños podrían estar sufriendo malnutrición en España. Además, un 11,3% de los niños sufren pobreza energética, es decir, casi 940.000 viven en un hogar donde no pueden mantener la vivienda con una temperatura adecuada.

“Sacar a los niños de la pobreza es cuestión de inversión y de voluntad política”, según la ONG, quien informa que un total de 638.770 niños dejarían de ser pobres si en esta legislatura se aumentase la prestación por hijo a cargo de los 24,25 euros actuales a 100 euros. “Pero la realidad es que, hoy en día, 1.600.000 niños en situación de pobreza no reciben dicha prestación”, añaden.

Los últimos datos de Eurostat reflejan además que nuestro país tan sólo invierte el 1,3 por ciento de su PIB en protección social a la familia e infancia, lejos de la media europea del 2,4 por ciento y muy lejos de la inversión de países como Francia –que dedica un 2,5 por ciento de su PIB a la protección social de la infancia y la familia, teniendo una pobreza infantil que es prácticamente la mitad de la española–, o Dinamarca, que destina un 3,7 por ciento con una tasa mucho menor de niños en situación de pobreza que la de España.

Propuestas

Save the Children recuerda que “invertir en infancia debe ser una prioridad” y pide que en la próxima legislatura “se promueva un Plan Nacional de Lucha contra la Pobreza Infantil” que, entre otras medidas, contemple:

  1. Avanzar hacia el modelo imperante europeo de prestación por hijo a cargo universal
  2. Empezar ampliando en esta legislatura el número de familias receptores para llegar a todos los niños y niñas que viven en situación de pobreza.
  3. Aumentar la cantidad de la prestación actual hasta los 100 euros mensuales por hijo con bonificación de un 50% para las familias monoparentales.
  4. Complementar la prestación con ayudas no contributivas especialmente dirigidas a familias monoparentales y numerosas que, una vez recibida la prestación, sigan viviendo en la pobreza.

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