Hoy lunes tanto el Ayuntamiento como la Comunidad de Madrid se han deshecho en honores frente a multitud de medios de comunicación hacia el Real Madrid, equipo masculino que se hacía ayer con el título de Liga Santander. El pasado sábado también se proclamaron vencedoras de la Liga Iberdrola las chicas del Atlético de Madrid Féminas, y sin embargo éstas no han sido ni invitadas a acudir a los respectivos consistorios para recibir el mismo trato por parte de los madrileños y madrileñas a quienes representan.

Retratadas como absolutas interesadas del impacto mediático, tanto Manuela Carmena como Cristina Cifuentes han dejado de lado a las deportistas de su propio género para involucrarse en un baño de medios exclusivamente para hombres. Contrariamente a los valores que sus partidos políticos tratan de vender ante la gente, luchando por la igualdad de sexos, ambas han demostrado que para ellas es mucho más importante aparecer en la foto con los machos merengues antes que hacer lo que deberían con las mujeres en calidad de Alcaldesa de Madrid y Presidente de la Comunidad.

Quizá en el Partido Popular de Cifuentes no haya causado tanta sorpresa, sobre todo después de que todo un Presidente del Gobierno como Mariano Rajoy felicitara antes a un equipo de fútbol que a un rival político como Pedro Sánchez, que retomó la secretaría general del PSOE este mismo fin de semana, algo que los ciudadanos han criticado duramente a través de las redes sociales. También se olvidó el compostelano de felicitar a las chicas del Atlético Féminas, claro. Pero en el caso de Carmena, de Ahora Madrid, resulta aún más sangrante, ya que la igualdad de sexos es una de las principales causas por las que pelea su partido. Juez de profesión, ha caído en el error de discriminar a media población sólo por interés, como ya hiciera la republicana Victoria Kent el 1 de octubre de 1931 con el sufragio femenino.

Cierto es que el fútbol femenino no tiene todavía un impacto de relevancia en los medios de comunicación de nuestro país, pero lejos de tratar de acercar esas diferencias, tanto Carmena como Cifuentes han dejado muy claro que son partidarias de que el machismo continúe instalado en el deporte. En realidad es una pescadilla que se muerde la cola, ya que sin apoyo de quien debe dárselo, el machismo redunda en detrimento de la igualdad, haciéndose mensaje a la población dada su condición de responsables políticas. Si las mujeres no tienen el mismo respaldo político que los hombres, poco se puede hacer por ellas en esta sociedad.

Cabe señalar alguna que otra diferencia entre fútbol masculino y femenino, como el hecho de que los partidos de las chicas no se televisen con regularidad, o el reparto de premios de un organismo que se sostiene con el dinero de todos los españoles por igual, la Real Federación Española de Fútbol, premiara hace dos temporadas al Atlético Féminas con 900€ para todo el equipo por quedar segundas en Liga mientras Ángel María Villar tumbaba una oferta televisiva de 6M€ para cubrir la competición. Lo que ganan los chicos en el fútbol no es necesario comentarlo, solo una uña de Messi o CR7 vale ya más que 10 equipos enteros de sus homónimas femeninas, lo que supone una auténtica vergüenza y aberración en este siglo XXI.

Por otro lado, en el fútbol sala femenino también ocurre otro tanto de lo mismo. El Inter Movistar ha sido recibido en varias ocasiones en el Ayuntamiento de Torrejón, así como las chicas del Futsi Atlético de Madrid en el Ayuntamiento de Navalcarnero, siendo uno de los mejores equipos femeninos del mundo. Sin embargo, la Comunidad de Madrid se olvida de ellas un año sí y otro también. No son protagonistas de la prensa deportiva, y por tanto, no les interesa lo más mínimo otorgarles los mismos reconocimientos que al sexo masculino. Campeonas de la Liga a falta de dos jornadas por disputarse, las colchoneras ya saben que si no son el Madrid o el Barcelona nadie las hará ni puñetero caso, salvo por quienes aman el deporte sin distinguir entre sexos. Lo mismo ocurre con otras disciplinas deportivas como el baloncesto y el balonmano, donde las españolas lo dan todo sin recibir nada a cambio.

Pero no es de extrañar, ya que cuando España alcanzó la democracia en sociedad, el deporte continuó con sus habituales prácticas fascistas, haciendo de los medios de comunicación una extensión del antiguo No-Do, aunque pintado de blanco y azulgrana casi exclusivamente, lo que ha provocado que a medida que pasaran los años los seguidores del régimen establecido fabricaran más aficionados a esos dos clubes totalitaristas, reduciendo considerablemente la cantidad de aficionados de otros equipos, generación a generación. Normal, si solo te hablan de unos y otros en los medios durante décadas, dejando de lado al resto. Fascismo se llama, sí, no nos equivocamos con la palabra.

Cristina Cifuentes y Manuela Carmena no solo consienten, sino que además ahora se hacen partícipes de dicho fascismo deportivo, tratando de conseguir una imagen con uno de los equipos del régimen establecido sin considerar siquiera el agravio comparativo. Pierden el culo por aparecer en la foto, se podría decir, porque con el alcance mediático que consiguen con ellos piensan que harán más votos para ellas y sus respectivos partidos, normalizando lo que en realidad es una falta de consideración sumamente grave. Y ese ni es el camino a seguir, ni el ejemplo que se le debe dar a la ciudadanía. Si Clara Campoamor levantara la cabeza…

2 COMENTARIOS

  1. Ellos son «el equipo masculino» y ellas «las chicas». Ok.

    Por otra parte, Rajoy pasa olímpicamente de los derechos de las mujeres, y Carmena parecer implicarse más, pero ante el mismo error (este caso), lo de Carmena es más sangrante. Ok.

  2. Acojonante savia nueva al mando de la comunidad y el ayuntamiento.
    Dos carcas. Tienen en su mano honrar el esfuerzo deportivo de las mujeres, sin dinero ni publicidad, y pierden el oremus por la fotito con el capitalismo más abyecto y tramposo.
    PEDORRAS.

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