Braulio Medel Cámara, presidente de Unicaja Banco, único superviviente de los cajeros andaluces de las décadas prodigiosas de vacas gordas, mangoneos políticos, ladrillazos y despilfarro, lo tenia todo  calculado y programado. Tras su apariencia de hombre gris, Medel ha demostrado ser uno de los más listos de la clase en su carrera política y económica desarrollada en Andalucía.

Anunció que a finales de junio dejaría la presidencia del banco malagueño y pasaría a un retiro dorado manejando la Fundación de la entidad. Quien le iba a decir a don Braulio que iba a terminar su trayectoria pública imitando a alguien que desprecia intelectualmente e ignora personalmente, el presidente de la Fundación Cajasol en Sevilla Antonio Pulido Gutiérrez.

El estallido del Caso Ausbanc/Manos Limpias es algo con lo que no contaba Medel en su meditada estrategia de fin de partida y mucho menos que le acabase salpicando directamente al conocerse, vía judicial, que Luis Pineda habría negociado la retirada de la acusación en el Caso Eres –donde Medel está encausado– a cambio de dinero. Se habla de un millón de euros de los que se habría firmado cerca del medio millón – más de 78 millones de las viejas pesetas – en contratos de publicidad para los medios editados por la trama de Ausbanc.

Impuesto revolucionario

Esta práctica, la firma de suculentos contratos publicitarios, que parecían más bien una especie de impuesto revolucionario para evitar que se publiquen las miserias, corrupciones y delitos cometidos en los bajos fondos financieros, la ha venido realizando Pineda en Andalucía a lo largo de los últimos veinte años, como en el resto de entidades españolas.

presión a cambio de dinero

El modus operandi era siempre el mismo: presión a cambio de dinero. En algunos casos había que vencer la resistencia de quienes, sentados en sus poltronas rodeados de privilegios y mamandurrias, – incluso cobrando dietas millonarias que les están prohibidas por Ley– infravaloraban el poder y el daño que les podría causar lo que Ausbanc publicase en sus revistas, con gran audiencia en las antesalas de las consultas médicas. Era cuando, a toda portada, iniciaban un ataque brutal contra el presidente o ejecutivo de turno hasta que acababa doblegando la cerviz y aflojando la pasta. Todo legal en apariencia y más que justificado ante los órganos de control de estas entidades, ocupados siempre por personas sumisas y de la total confianza del fiscalizado presidente.

periodismo de mete y saca

En las hemerotecas hay ejemplos clamorosos de este tipo de periodismo de mete y saca, prostituido por el dinero, gestores de cajas que hoy eran unos desastres o mangantes y, a las pocas semanas o meses, aparecían en esos mismos espacios como ejemplos de eficacia y honradez.

La guerra de las cajas

“Claro que era consciente de que me estaban chantajeando, iba en mi sueldo y sabes que no soy tonto, pero yo bien que les utilicé para defendernos de la manada de lobos que poblaban entonces el mundo de las cajas en Andalucía y luchaban por su control político” cuenta un ex presidente que prefiere permanecer en el anonimato. Entre otras cosas porque esa “defensa” de la que habla mi interlocutor consistía en usar los medios creados por Pineda contra los adversarios, enemigos o competidores.

usar los medios creados por Pineda contra los adversarios

“A Pineda le dimos bastante munición cuando se libraba en Andalucía la guerra de las cajas, pero yo personalmente nunca me tuve que lavar las manos por no tener contacto directo con él, salvo en momentos puntuales y muy protocolarios”. El ex ejecutivo socialista afirma que “desde el primer momento calé al personaje y, teniendo asuntos sobre la mesa mucho más importantes que las batallas del tal Pineda, siempre delegué esa relación en la dirección de Comunicación de la caja”. (Convendrá dejar sentado en este punto que, en esa época, algunos cajeros contrataban carísimas asesorías de Madrid para cuidar su imagen sobre todo en el foro, gorriones les llamaban por la de alpiste que pedían y siempre con medios de comunicación a su disposición para empezar a disparar si el dinero no fluía. Pineda, por tanto, no es el inventor del chantaje en el sector financiero).

La batalla de CajaSur

En una de mis últimas conversaciones con Miguel Castillejo, un mes antes de su repentina muerte a causa de un infarto hace unos días, rememoramos, entre otros asuntos, la batalla librada por el Canónigo Presidente de CajaSur contra Manuel Chaves y Magdalena Alvarez, a propósito de la Ley de Cajas.

La entidad de la Iglesia fue la única que se rebeló frontal y agresivamente contra la Junta.

Reconocía Castillejo lo que supuso de fuerza moral el aterrizaje de Javier Arenas en Córdoba para apoyar la causa de CajaSur, “aunque luego se convirtió en un insaciable y exigente pedigüeño, como si la entidad fuese suya o del PP” contaba. Castillejo, que invirtió una millonada entre abogados, campañas de prensa, comunicación y movilización de apoyos que culminó con una gran manifestación popular que colapsó el centro de Córdoba, también recibió la visita de Ausbanc que se puso al servicio de la causa defendida por el popular cura cordobés.

Al final cuando la batalla quedaba lejana, la crisis de Cajasur, fue resuelta políticamente por Pepe Griñán, Consejero de Hacienda de Chaves y José Antonio Asenjo Peregrina, entonces obispo de Córdoba y actualmente Arzobispo de Sevilla. Perdió Castillejo y de nada sirvió la madre de todas las batallas y su artillería pesada y costosa donde Ausbanc solo fue una pieza más del puzzle defensivo.

Pagos tras la tormenta

Pero al igual que Castillejo usó los “servicios” de Pineda y su estructura, el resto de presidentes de cajas también pasaron por el aro y todos acabaron pagando. Un examen a fondo de la documentación histórica de muchas entidades demostraría que los pagos comenzaban casi siempre tras una tormentosa relación impresa o bien sin necesidad de publicar una línea, bastaba con enseñar un puñado de fotocopias de contenido sensible.

En algún caso, en mitad de ejercicio, sin esperar a la renovación anual del “contrato de publicidad”, aparecía casualmente algún dossier o caso incómodo para la caja de turno. Era entonces cuando se establecía una especie de pieza separada y se cuantificaba  su valor, todo ello en una especie de negociación que recordaba los tratos propios de un zoco moruno, cuenta alguien que conoció situaciones “de crísis” con papeles comprometidos de por medio.

negociación que recordaba los tratos propios de un zoco moruno

Convendrá, por tanto, dejar bien sentado que el sector financiero español – salvo escasas excepciones– ha pagado porque tenía cosas que ocultar y no querían, bajo ningún concepto, que se aireasen ante la opinión pública. Que se sepa ninguno de los forzados pagadores en estos años se ha plantado en el Juzgado de Guardia o ante la Fiscalía para denunciar unas prácticas abominables y parece que delictivas según el magistrado Pedraz.

Medel, el que más ha pagado

Braulio Medel, el último superviviente de aquel sistema financiero andaluz que acabó emigrando a Cataluña, Valencia o Euskadi, es el que más años lleva en la presidencia de Unicaja. Por lógica el que más ha pagado a Pineda en estos años.

Medel ha sorteado leyes que le apartaban del cargo, ha vencido presiones políticas de todo tipo, ha sobrevivido como socialista en un feudo del PP, incluso se ha enfrentado al Banco de España oponiéndose a la operación CajaSur. Por eso, aparecer como ha aparecido don Braulio en las portadas de la prensa salmón, acusado de autorizar un pago millonario para que le desimputen  del sumario de los Eres, no ha sido plato de buen gusto para el Catedrático  que ve peligrar su planificado aterrizaje en la Fundación de Unicaja, su dorada jubilación.

El todavía presidente de Unicaja Banco sabe, además, que los muertos que vos matasteis gozan de buena salud y, si pueden, serán implacables con él. Su fiel escudero en estas lides, Angel Fernández Noriega, se tiene que sobresaltar cada mañana al leer la revista de prensa, con artículos e informaciones “descontroladas” después de años de quietud.
La debilidad política de Medel a raíz del caso Ausbanc es evidente, por mucho que en una nota pública solo haya reconocido la firma de contratos publicitarios, como los que convenia con otros medios de comunicación. Para nada es cierto, dice, la negociación de la retirada de acusación en los Eres por parte de Pineda y Manos Limpias.

Un arma poderosa: la publicidad

El caso Ausbanc y quienes con su silencio y complicidad han permitido el crecimiento de uno de los muchos monstruos que destruyen los sistemas básicos de convivencia en una democracia, viene a dejar en evidencia, una vez más, el manejo de fondos para la denominada formalmente como “publicidad”. En este caso una publicidad que no se proyecta para vender, sino para comprar.

la publicidad es un poderoso instrumento usado para dominar el derecho a la información de los ciudadanos

El ciudadano ya se ha dado cuenta de que los miles de millones de euros que anualmente se dedican por las administraciones o grandes empresas en materia de publicidad, salvo puntuales y muy honrosas excepciones, es un poderoso instrumento usado para dominar el derecho a la información de los ciudadanos de este país. Esa es, sin duda, la primera lección que habría que aprenderse a raíz de este escándalo.

Que los poderosos clientes de Ausbanc hayan estado pagando un chantaje durante años sin acudir a la Justicia, como ha hecho Miquel Roca Junyent, demuestra la calaña ética y moral de la peña que ha controlado el ahorro de los andaluces y españoles durante las últimas décadas.

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