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Blanco Amor, aquel gallego “rojo hasta las cachas”

Libros del Asteroide rescata ‘La catedral y el niño’, una de las mejores novelas de la narrativa española del siglo pasado

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análisis

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Hay escritores en los que el azar guarda en su seno toda la cruel ironía del destino. Más allá de que su padre barbero abandonara a toda la familia, no solo a él junto a su madre florista, sino también a sus dos hermanos, cuando nuestro protagonista no contaba más que siete años. El gallego Eduardo Blanco Amor (Ourense, 1897-Vigo, 1979) es uno de estos seres marcados por el destino. El azar en forma de emigración determinó para siempre su devenir y su lugar en el conjunto de los grandes referentes de la literatura española en general del pasado siglo XX. Ahora, Libros del Asteroide ha decidido rescatar su gran novela de referencia, la misma que da buena muestra de la maestría que llegó a alcanzar a lo largo de su carrera como novelista y periodista escribiendo tanto en gallego como en castellano.

Publicada originariamente en 1946 en Buenos Aires, la novela no vio la luz en España hasta tres décadas después

La catedral y el mar es una de las mejores novelas españolas del siglo XX. Y no lo afirma categóricamente sólo la editorial que ahora rescata esta obra en una edición con prólogo de Andrés Trapiello. Todos los expertos apuntan que esta obra de aprendizaje de la infancia del joven Luis Torralba –que como su creador también es abandonado en su infancia por su progenitor– guarda el encanto de las novelas que perduran y quedan ya para siempre como referente para generaciones literarias venideras.

Algo más que la casualidad hizo que viera la luz por primera vez en Buenos Aires en 1948, cuando el franquismo ya estaba perfectamente asentado en España, el país que abandonó un joven de apenas 19 años rumbo a Argentina, donde comenzó a ejercer como periodista en el periódico La Nación. Gracias también a este diario regresó a España como corresponsal, primero entre 1929 y 1931 y después cuando la Segunda República llegaba a su ecuador en 1933.

De nuevo los avatares del destino apuntan al escaso reconocimiento que tanto Blanco Amor como su novela más emblemática han recogido pese a su valía incuestionable. La catedral y el niño sumó dos ediciones en Buenos Aires, pero no pudo ver la luz en España hasta 1976, con Franco y el franquismo ya sepultados.

Tampoco ayudó mucho que Blanco Amor viviera casi toda su vida en Argentina y que escribiera la mayor parte de su producción literaria en gallego. Todo ello sumado le han privado sin duda alguna del reconocimiento que merece y que con la recuperación de esta novela se pretende subsanar. Otro detalle quizá ha influido también para que el autor ourensano haya permanecido en un semianonimato hasta hoy. Lo recuerda Trapiello en el prólogo a esta edición de Libros del Asteroide. “En cierta ocasión se definió como ‘un emigrante de tercera y autodidacta’. Pero no había duda: ‘Yo me siento rojo hasta las cachas”, dirá en 1977”.

La catedral y el niño rinde un monumental y sentimental homenaje a su Ourense natal y al habla de sus gentes, una novela de referencia que su autor concibió siguiendo claramente la estela de sus admirados Joyce, Proust, Henry James, Gide, Freud o Valle-Inclán.

El protagonista de la novela es Luis Torralba, un niño de ocho años que vive en una ciudad gallega a comienzos del siglo XX. La separación de sus padres provoca que el niño aprehenda mundos completamente distintos. Por un lado, los ambientes burgueses y clericales de la ciudad que frecuenta su madre. Su padre, un pequeño aristócrata librepensador y un poco calavera, vive en un destartalado pazo en las afueras y ofrece al niño un ambiente bien distinto al que le proporciona su ex pareja. Así transcurre la infancia de Luis, en medio de unos contrastes que chocan también con una galería de personajes sumamente enriquecedores para el pequeño protagonista.

Blanco Amor es autor, además de La catedral y el niño, escrita en castellano, de A esmorga (1959), en gallego, llevada al cine en dos ocasiones, primero por Gonzalo Suárez con el título de La parranda, en 1977, y por Ignacio Vilar en 2014.

 

La catedral y el niño
Eduardo Blanco Amor
Libros del Asteroide
496 páginas
21,95 €

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