Suecia 0 – 1 Bélgica
Bélgica partía en el torneo como uno de los outsiders, de las selecciones que podían tener posibilidades de dar la sorpresa y alcanzar las últimas rondas de la competición pero hasta ahora no ha dejado buenas sensaciones sobre todo por la incapacidad demostrada por su entrenador. En el partido contra Suecia se jugaba el segundo puesto pero, a pesar de la victoria, siguió sembrando dudas. Los suecos, por su parte, intentaron apurar las escasas oportunidades que tenían para que Ibrahimovic no se tuviera que despedir de su selección en la primera ronda. Tenían que ganar y esperar al resultado del Irlanda – Italia.
Los belgas salieron al campo intentando dejar claro que los buenos eran ellos, que Hazard y De Bruyne son ya jugadores consagrados pero sus delanteros no convirtieron las oportunidades que se les presentaron. Suecia, por su parte, intentó hacer valer su poderío en las jugadas de estrategia y ahí llegó una gran oportunidad de Berg que Courtois salvó con una espectacular parada. Ahí terminó el primer tiempo.
En el segundo tiempo Suecia adelantó líneas. Estaba obligada a ganar y salió decidida a ello. Ibrahimovic apareció en un par de ocasiones pero sin continuidad y todos sabemos que el ataque sueco es Ibra y nada más. La presión escandinava hacía que el peligro en el área belga presagiara que en cualquier momento el partido se decantara hacia los amarillos, sobre todo por las enormes carencias de los centroeuropeos en defensa. Sin embargo, Bélgica quiso dejar las cosas claras. En ataque tienen mucha calidad y De Bruyne lo intentó con un disparo que resolvió magistralmente el veterano Isakson. Posteriormente, el portero sueco también evitó que Lukaku y Mertens perforaran su portería. Pero Suecia no se rendía y Grandqvist remató de cabeza y su balón no entró porque De Bruyne lo sacó en la misma línea de gol. El partido estaba roto. Suecia atacaba y Bélgica contraatacaba. Finalmente, Nainggolan certificó la victoria belga con un fuerte disparo ante el que Isakson no pudo hacer nada.
