Fotos: Agustín Millán.

El Banco de España no pierde la oportunidad de meterle el miedo en el cuerpo a los españoles. Esta vez ha sido a cuenta de las pensiones, ya que ha advertido al Gobierno socialista de que anular la reforma de 2013, el famoso “pensionazo” de Mariano Rajoy, tendría graves efectos para la economía española. Según el organismo oficial, vincular la subida de las pensiones al IPC, tal como pretende Pedro Sánchez, supondría una pérdida del 1,9 por ciento del PIB de aquí a una década y del 3,4 a mediados de siglo.

En su último informe trimestral de 2018 titulado Las medidas recientes relativas al sistema de pensiones: un análisis del impacto sobre las finanzas públicas, los expertos del Banco de España consideran que las reformas aplicadas por el anterior Ejecutivo del Partido Popular ‒la última de las cuales tuvo lugar en 2013‒, han tenido “como objetivo preservar la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones”.

Aquella reforma supuso la liquidación del modelo de mejora de las pensiones según la subida del IPC y su sustitución de facto por el IRP (índice de revalorización de las pensiones). Este nuevo modelo ligó los incrementos anuales de las pensiones a la situación real del sistema, de manera que si este es deficitario la subida no podrá superar el  0,25 por ciento. La medida provocó indignación en la ciudadanía y miles de pensionistas se echaron a la calle. Todavía hoy se siguen manifestando en numerosas ciudades españolas. El análisis del Banco de España, en una pirueta casi sarcástica, viene a decir que la aplicación del IRP ha dado lugar a revalorizaciones anuales del 0,25 por ciento entre 2014 y 2017, lo cual es cierto, aunque suponga cantidades irrisorias que para miles de jubilados no superan los 5 euros al mes.

El colectivo de pensionistas fue uno de los más castigados por la crisis, ya que fueron ellos, nuestros mayores, con sus pensiones en su mayoría escuálidas, quienes ayudaron a sobrevivir a sus hijos y nietos en los peores momentos, cuando el paro causaba estragos y cientos de miles de hogares no llegaban a final de mes.

Por otra parte, el “pensionazo” de Rajoy estableció el denominado “factor de sostenibilidad” (ya previsto en la reforma de 2011) que eleva la edad de jubilación hasta los 67 años. Este factor estaba previsto que entrase en vigor en 2019, si el Gobierno de Pedro Sánchez no lo remedia.

El Banco de España, en su análisis trimestral, concluye que estas dos innovaciones contribuyeron a “mejorar significativamente la sostenibilidad” a largo plazo del sistema, como reflejan las proyecciones del gasto en pensiones para la economía española incluidas en el último informe sobre envejecimiento de la Comisión Europea.

Además, los economistas advierten de que si el Gobierno decide destinar 22.000 millones de euros a subir las pensiones de aquí a una década (por efecto del IPC) y hasta 40.000 millones en 2050, ello tendría efectos perjudiciales para nuestra economía. Según el informe, “bajo el escenario demográfico y macroeconómico previsto”, las medidas recientes adoptadas por el Gobierno de Sánchez para liquidar la reforma de Rajoy requerirán “actuaciones adicionales que aumenten los ingresos o reduzcan los gastos del sistema con objeto de garantizar su sostenibilidad financiera” y el actual modelo de Seguridad Social.

En definitiva, los expertos del Banco de España siguen aplicando las mismas recetas duras de austeridad de siempre, la fórmula del miedo, de manera que los efectos de la crisis los sigan pagando las clases sociales más vulnerables. Leyendo el informe entre líneas se extrae la conclusión de que lo que proponen los analistas del organismo oficial es que los mayores sigan soportando subidas raquíticas y trabajen hasta casi la ancianidad con el único fin de que las cifras macroeconómicas cuadren a final de año.

2 COMENTARIOS

  1. El Banco de España continúa entrando en terrenos donde nadie le ha llamado, cuando lo que debería hacer es cumplir con eficacia su función supervisora. Pero eso parece que no fuera lo suyo a la vista de los desmanes que se han cometido en este país y que, supongo, se siguen cometiendo. (Véase Banco Popular). Y me vienen a la cabeza dos pensamientos de dos economistas. Uno, del Profesor D. José Luis Rodríguez Sampedro que decía que hay dos clases de economistas : los que intentan que los ricos sean cada vez más ricos y los que intentan que los pobres sean cada vez menos pobres. El otro pensamiento, no consigo recordar el autor, pero si alguien tiene interés en saberlo, que lo busque. Decía este autor cuyo nombre no recuerdo : Hay dos clases de economistas. Los que no sabemos nada y los que no saben ni siquiera eso. Eso si, si los oyen Uds. verán con qué seguridad pontifican sobre acontecimientos futuros, basados en modelos en los que la variación de una de las variables o la introducción de una variable nueva, acaba con todas las previsiones.

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