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Ayer no hubo sexo. «No follamos»

Félix Lareki Garmendia
Félix Lareki Garmendia
Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Bilbao. Su carrera profesional fundamentalmente la ha desarrollado en Xerox España S.A.U.. Exprofesor de la Escuela Superior Universitaria de Marketing en la Cámara de Comercio de Bilbao, del Master de Marketing y de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad del País Vasco UPV - EHU. Durante 8 años ha estado en política en el País Vasco. Vicepresidente de la Asociación Internacional Aulamar para personas discapacitadas para el disfrute de la navegación a vela. Tiene publicados varios libros con ESIC Editorial. Su lema es “pasión por el arte y las personas”, lector empedernido, escritor y analista social.
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análisis

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Hola, soy José Luis. Me temía lo peor, la culpa la tiene la maldita caja tonta. Los sábados por la noche nos gusta ver el programa de la sexta del bilbaíno Iñaki. Creemos que es un canal de comunicación audiovisual en España que aborda la información con bastante transparencia, tienen programas de investigación que realizan periodismo del bueno. Al menos es nuestra opinión, en un mundo en España con la “ley mordaza” en vigor y con una prensa, en general con unos medios de comunicación medio capados . Iñaki nos entretiene, nos divierte y nos pone al día. Del “Sálvame” pasamos los dos, nos aburre ver como hay personas que casi todos los días dicen las mismas cosas a costa de los demás y cobran por ello pero la realidad manda y dice que es un programa con multitud de seguidores. Hay que aceptar la diversidad y respetarla. Y sobre todo respetar al gran público que mira ese programa.

Ayer sábado celebrábamos el cumpleaños de Ana, con la que llevo casado 5 años, no tenemos hijos pues de momento preferimos tener un perro, es un “labrador” el amor de la casa, blanquita de 3 años, de carácter muy afable y gran nobleza, se llama Norah, es el perro de los ciegos por excelencia, con un alto nivel de inteligencia y comprensión, dócil y con un alto componente de lealtad, virtudes que para sí las quisieran muchas personas. Ambos estamos de acuerdo cuando se nos pregunta si tenemos hijos, y contestamos que no, con la frase “tenemos perro”. Parece que dicho así a “palo frío” suena algo duro, pero es lo que hay.

Afortunadamente trabajamos los dos, pero los sueldos son bajos. Así es difícil que vengan los niños. Además creemos que no tendríamos paciencia para soportarlos, se manchan y no dejan dormir por las noches con sus “berreos” incesantes. No sabemos qué va a para con un país como España, en el que cada vez nacen menos niños. Y como serán nuestras pensiones a futuro. Dos trabajadores por cada pensionista. España lleva camino de convertirse en un país de viejos.

Ayer le entrevistaron a Pablo Iglesias, líder de PODEMOS, pero también se abordó el tema catalán y otros del momento político, todos de rabiosa actualidad que crearon una atmosfera enrarecida, en algunos momentos parecía que se podría pasar de la dialéctica a las manos, afortunadamente no fue así. La lucha por el share (nivel de audiencia) es feroz también.

Se habló de la reciente liberación del Sr. Puigdemont en Alemania y la contrariedad del gobierno español como consecuencia de la determinación tomada por un juez alemán exculpándolo de la decisión tomada por el Juez Llarena ¿Qué está pasando con la judicatura española? Salió el tema de la “Cifuentes”, de la “manada”, del ministro de justicia y sus declaraciones respeto al magistrado con “voto particular” en la sentencia de los cinco violadores –que es lo que son-, algunos personajes “ejemplares”que a pesar de lo que han robado todavía están en la calle.

La cenita estuvo bien, preparé, -pues me gusta mucho la cocina- unos mejillones al vapor, que aunque no es la mejor época del año para comerlos estaban muy sabrosos. Una salsita verde y perejil a manta, regados con vino blanco. Sublimes, después hice con mimo, cariño y mucha lentitud, para que fueran soltando bien la gelatina, unas “kokotxas” de bacalao en cazuela de barro a fuego muy lento y baja temperatura. Le saqué una salsa muy gruesita, una guindilla le ayudó a darle ese toque mágico picantito, el perejil tampoco podía faltar, bien untado todo con un pan de masa madre, estaba para chuparse los dedos. Primero un vino blanquito “Orchidea” cepas “Sauvignon Blanc” Bodegas Iñurrieta de Falces (Navarra) espléndido y poco conocido, después un buen vino de Rioja –Remelluri de La Bastida- ayudó a regar todo el condumio de manera brillante, mezclando los taninos del vino con los aromas de las “kokotxas”, puro mar Cantábrico. La cena transcurrió con cordialidad, diría con encanto, me había ocupado en preparar unas flores que adornaban la mesa, para darle más enjundia.

Cenamos en el saloncito de la casa en vez de en la cocina. Antes de sentarnos lo volvimos a celebrar con un beso cariñoso -con lengua- por parte de ambos. Sonaba una música de “Blues” todo a media luz. Uno se pregunta a veces en momentos así “y para qué más”.

Concluida la cena en animada conversación enchufamos la TV, estaba Iñaki en la Sexta. Preparé sendos Cuba Libres de Habana Club 7 años –la economía no da para mas-. En este ron coincidimos, está genial, no muy cargadito y con un poco de lima cortada y parte exprimida. Unas pocas bolitas de pimienta negra que le aportan un sabor exótico. Sin exceso de hielos para que no se agüe y nos lleguen mejor los efluvios cubanos. Cuando podemos nos piramos a Cuba. Ya hemos hecho 5 escapadas. La Habana bien, mejor Santiago de Cuba, todo más cubano y más real. Sobre todo comerse un “sargo” en la playa de Siboney muy cerquita de Santiago. Divino.

Reconocemos ambos, que pensamos de forma distinta en diversidad de temas incluido el político, lo tenemos asumido como factor diferencial –así le gusta a Ana expresarlo-. Eso no fue obstáculo ni cortapisa para casarnos por la Iglesia (yo obligado, pues soy ateo), imagínense la cara que tenía como las vacas mirando al monte. Los ritos de la Iglesia me recuerdan a los de los indios sioux en la antigua América, nada real, todo “para creer”. Pero hay que respetar a las religiones – a todas- a pesar del gran daño que han causado a la humanidad –algunos lo llaman daños colaterales-.

Así fue, como marcan las costumbres sociales que afortunadamente van despareciendo. La gente se arrejunta y la mayor parte de ellos se hacen parejas de hecho o simplemente conviven como amigos, sin que haya que concurrir a ningún contrato social. Las iglesias se están vaciando. Mejor dicho están vacías. Ver a un cura con sotana por la calle es imposible. Los seminarios como el de Derio en Bizkaia, ha sido conertido en hotel. Con la imposición de sus proclamas la “Iglesia” cada vez encuentran menos gente a la que venderle su producto, la fe. Aunque pensándolo bien, la gente necesita creer en algo con tanta mentira como nos rodea. Algo debe pasar para que se produzca esa fuga de vocaciones. Creo que nadie cree en nada o en muy pocas cosas, hay una incredulidad generalizada como consecuencia de la creciente frustración.

Ana ha sido simpatizante del Partido Popular, -aunque ella siempre lo ha reconocido- con ciertas reservas, yo la verdad es que me enteré una vez casado, aunque eso no hubiera supuesto nada, pues el amor que le profesaba, y que sigue latente, está muy por encima de su afiliación política. Un día se lo pregunté y me contestó – al partido popular-. Ella comenzaba a tener dudas al respecto. Tuvimos un rifirrafe el año pasado, pero no pasó a mayores, desde mi óptica de votante de partidos de izquierdas no vi clara la cuestión, nos propusimos que nuestras diferencias políticas no iban a destruir para nada nuestra convivencia y la pareja. Nos queríamos y ahí quedaba todo. Hicimos una firme promesa para que así fuera. Aceptamos nuestra diversidad. Eso no quita para que de vez en cuando, es decir en ocasiones contadas nos hayamos dado un poco de leña por nuestras ideas. La fogosa juventud o la salsa de la relación.

De todas las maneras es inevitable –para ambos- que en los últimos tiempos – con lo que está lloviendo en todo el país políticamente hablando- haya surgido en algún momento el desencuentro. Ella opina que su voto próximo irá a CIUDADANOS, le gusta la imagen de un tío joven, muy crítico, en lucha contra con la bipolaridad de los dos partidos tradicionales en España. Es una decisión que no tiene madura.

Además afirma que ha leído en varios medios las declaraciones de Mariano Rajoy, líder del PP en su convención reciente en Sevilla diciendo que “falta experiencia en CIUDADANOS, que se pasan el día dando lecciones y poniéndose medallas y que hasta el alcalde más humilde del PP tiene más experiencia en gestión que esos lenguaraces. Que la realidad ganará a la demagogia y que el PP gobierna con sensatez, prudencia, moderación y eficacia. Que al otro lado de donde estamos nosotros están los otros, los que no han gobernado nunca”.

Eso no le ha gustado. Desprestigiar al oponente no es una buena solución.

Ana dice, que “Rajoy se expresa siempre en términos triunfalistas. Por otro lado Ciudadanos afirma que la gente del PP tapa con aplausos las vergüenzas de los suyos. Ya está bien de hacer emerger las dos Españas (en eso coincidimos plenamente ella y yo). La buena que es la que representan los que están en el poder y la otra, la de los inútiles”.

Afirma que con la prepotencia no puede. Además que las cosas que están sucediendo en el seno del partido del Gobierno, con chapuzas de por medio, encarcelamientos, corruptelas, trato a la gente parada, falta de transparencia, su voto no debería ir en la dirección de siempre. La explicación -para ella- es que algo rancio huele en la derecha tradicional.

Quiere darle una oportunidad al Sr.Rivera, que aunque es catalán, ha dado mucha leña a los independentistas. Aunque veo en sus observaciones una cierta duda que podría inclinarla hacia el PSOE, quizás en el último suspiro. Ana reconoce que es una ciudadana normal y que su conocimiento de la política es más bien bajo. Dice siempre que ha venido a este mundo para trabajar, en clara alusión a muchos políticos hábiles con las puertas giratorias.

Con la entrevista de Pablo Iglesias el tema de fue caldeando. Pensé por un momento que no deberíamos entrar en harina. Siempre he sido de la opinión que las familias y las parejas, no deben romperse por asuntos políticos, anoche pasó por mi cabeza que una noche así no se debería estropear. No nos lo merecemos, ni Ana ni yo.

El ambiente televisivo al final de la cena se fue caldeando, cuando salió a colación el asunto del Master de la Sra. Cifuentes y los sondeos favorables a un posible triunfo electoral de Ciudadanos en el supuesto que se celebraran las elecciones ahora. Me fue inevitable echar alguna lindeza contra dicha persona, presidenta de la Comunidad de Madrid. Ana reclamó mi atención por lo que había pasado en la comunidad andaluza con el tema de los ERE y así la discusión fue elevándose de grado. Lo que había comenzado como una celebración iba convirtiéndose en un enfrentamiento sin arreglo ¿Porque la derecha y la izquierda son irreconciliables? ¿Nos estábamos contagiando?

Mis preguntas eran ¿Cuándo llegará el día que un partido reconozca sus errores, se vista con el ropaje de humildad y pida perdón por determinadas cosas? La gente pide políticos honestos, que conecten con la gente de la calle. ¿Por qué los políticos se suben los sueldos mucho más que los trabajadores y los pensionistas? Nadie normal lo entiende.

Es lo que pasa en la realidad de la política entre los políticos y en su relación con los ciudadanos en el día a día. Se siembran promesas y se recogen mentiras. La gente en España está como vulgarmente se dice “hasta las pelotas”, sean hombres o mujeres. Se aplica la ley mordaza con un rigor excesivo, la comunicación resulta interesada y al servicio de cada partido, lo que deben estar en la cárcel no están, se encuentran en ella personas condenadas por mostrar su opinión de forma pública. O por molestar a la corona. Algo no va bien.

Gente que tradicionalmente ha votado a la derecha sigue pensando que debe seguir haciéndolo, uno se llena de razones cuando le conviene, pero esta vez –como le sucede a Ana- para apoyar a un partido emergente que se autoproclama como partido de centro o de centroderecha o quizás entrando por primera vez en la órbita de la social democracia.

Los que estamos a este otro lado (la cuadrilla de inútiles que no pensamos como el gobierno) creemos –y somos muchos- que la oposición en este país está malherida o bien mellada y que al igual que lo que ha ocurrido a nuestra pareja anoche, son incapaces de juntarse, dialogar, tomar acuerdos y hacer una oposición sólida ¿Será realmente tan complicado? Cada vez se agota más el crédito de nuestros políticos. Algunos ya están amortizados.

Pero es lo que pasa en el país. Se condena a representantes del Pueblo que luego son absueltos por tribunales europeos en mayores instancias, la amoralidad está al día, la falta de entendimientos, acuerdos o pactos brilla por su ausencia. La incapacidad para acordar es general. Hay un dicho en la prosa pícara el de “la cabra tirando al monte”. Siempre se ha dicho de los españoles –latinos- que son montaraces.

Le dije – Ana sabes lo que pienso, que cada uno con sus ideas y no enturbiemos nuestra fiesta, apurando mi vaso de ron.

Tienes razón, pero no dejarás de reconocer que los partidos de izquierda en España dejan mucho que desear –apostilló Ana. Casi todos son unos “frikis”

Ahí justamente comenzó nuevamente a elevarse el tono de la discusión. No supimos controlar los caballos, se encabritaron. Ayer noche nos acostamos tarde pues “el Iñaki” cierra su programa en la Sexta sobre las dos de la madrugada ¿Es que en este país no se duerme?

Cuando me estaba quitando los pantalones pensaba por mis adentros lo necios que habíamos sido. Los dos estuvimos de acuerdo sin decirnos nada. Las turbulencias de país nos empezaban a afectar ¿Será posible que comencemos a parecernos a los políticos marcando sus diferencias? Tanto Ana como yo tenemos un libro en la mesilla, es la costumbre de leer algo antes de dormir, aunque sean dos o tres páginas. Nos dormimos rápidamente.

¡País¡ Como dibujaba el gran humorista gráfico Forges.

El desayuno marcó la diferencia, estuvimos complacientes y amables. Esta tarde cuando pase por el mercado, compraré una doradita para la noche – le dije.

Ana estuvo de acuerdo. Los dos. Un país proclive a no acordar, no se merece asimismo. Añado, al día después del cumpleaños de Ana… ¡Ayer no follamos¡

Notas finales para este relato y moraleja:

Con frecuencia los políticos no valoran que la felicidad de los ciudadanos –votantes- está en cosas sencillas, no morirse de frio cuando llega el invierno por falta de pasta, disponer de un pequeño dinero para hacer feliz a nuestro hijo, poder dar acceso a la universidad gracias a una beca, conseguir que los políticos no se gasten el dinero del país en su propio beneficio, que los jueces dicten sentencias justas y que acepten la crítica social de la calle, que los jóvenes en España no pierdan ilusión por su futuro, que nuestra hija que está incapacitada tenga mayor y mejor asistencia social, que no sea tan elevado el nuevo alquiler mensual que pagamos por una vivienda que era del Ayuntamiento vendida a un fondo buitre en una operación de vergüenza. Los ciudadanos siempre terminan castigando a los políticos que viven de espaldas a la realidad de la gente, que mienten y engañan prometiendo cosas que nunca cumplen y que son incapaces de acordar y negociar cosas que están a su alcance y que facilitan grandemente la vida de las personas.

Ana y José Luis han decidido que a pesar de sus diferencias seguirán cultivando su amor.

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