Desde que el procés catalán se aceleró con los acontecimientos del pasado septiembre, los ataques a sedes de partidos políticos han pasado a ser algo habitual. Uno de los que más está recibiendo en este sentido, es Esquerra Republicana, que alcanza la escalofriante cifra de como mínimo 19 sedes atacadas. Algunas de ellas como las sedes de Hospitales, Igualada o El Vendrell, el registro de ataques ya es múltiple y parece no tener intención disminuir por ahora.
Los ataques prácticamente son siempre parecidos, nocturnos y con pintadas en el exterior. Lo más común es ver esvásticas dibujadas, 155 o “viva España”. Aunque en algunos casos arrancan pancartas, rompen algún cristal o incluso han llegado a cortar cables. Las sedes afectadas por ahora son: El Vendrell, Eixample, Sabadell, Vilafranca, Poble Nou, Sitges, Mataró, Figueres, Vallmoll, Hospitalet, Premià de Mar, Sant Andreu, Sant Cugat, Badalona, Horta-Guinardó, Parets del Vallés, Igualada, Santa Perpetua de la Moguda y Masquefa.
Los ataques a sedes son graves, pero lo realmente grave es cuando se señalan las casas de los militantes, un suceso que ya ha ocurrido más de una vez. También se atacó contra el automóvil de una diputada, Jenn Díaz, a quien le rompieron los cristales y los retrovisores.
Probablemente cuando algunos partidos apoyaron el discurso del “a por ellos”, no eran conscientes de todas las consecuencias que podían llegar a tener. Con el tiempo se está visibilizando la dramática situación y nadie toma medias para detener la impunidad fascista.
Los nazis acusan a los no nazis de ser nazis. Curiosa paradoja
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