Desde la aprobación de la Ley 92/1996 que deroga la prohibición de acceder a las mujeres a la carrera judicial, la imagen de la justicia en España ha tenido tiempo para representan a una sociedad igualitaria. Sin embargo, la cara de la justicia sigue siendo masculina. En el “Informe sobre la Estructura de la Carrera Judicial” destaca que las mujeres son el 53,2% de la Carrera Judicial, en total 2.858 juezas y magistradas. A pesar, de ser mayoría en la carrera hay una notoria ausencia femenina en la cúpula judicial.
Hace una década, las juezas y magistradas entonces en activo representaban el 46,8% de los miembros. Desde entonces, su presencia en la Carrera Judicial ha incrementado hasta superar en cantidad a sus compañeros varones en el 2012. Además, a fecha de hoy, las mujeres son mayoría en todas las Comunidades Autónomas excepto en Aragón, Murcia y Navarra.
Los datos anteriormente mencionados distan de la realidad en los órganos centrales donde su presencia continúa siendo minoritaria. En el Tribunal Supremo, las mujeres suponen el 14,5 % de sus magistrados. En la Audiencia Nacional representan el 38,5%.
La Jueza Gloria Poyatos, presidenta de la Asociación Española de Mujeres (AMJE), lo describe como un avance tímido puesto que, aunque “se ha incrementado desde 2008 en un total de casi 800 juezas en números totales, ese incremento no se ha traducido en un incremento proporcional en la cúpula de la justicia”. Esto supone, que el Tribunal Supremo sea hoy en día “un monopolio masculino” que “prescinde de la mirada femenina” en la toma de resoluciones de enjundia “y ello redunda negativamente en la calidad de la justicia por que no es una justicia representativa de la mirada completa de una sociedad compuesta por hombres y mujeres”.
“En 2010 había una mujer que es María Pilar de la Oliva, la presidenta de TSJ de Valencia. Ocho años después el gran salto de género es que nos hemos quedado como estamos, con una sola mujer presidenta en el TSJ”
El Informe sobre la Estructura de la Carrera Judicial presenta unos datos esperanzadores, sin embargo, aún queda mucho para hablar de un avance real. Los datos demuestran que estamos retrocediendo en igualdad de género, por ejemplo, “en el 2010 el número total de mujeres juezas en el Tribunal Supremo era de diez mujeres. Si miramos ocho años después, el grandísimo salto de género que hemos dado es de dos mujeres más”. Esto supone un avance mínimo, teniendo en cuenta que se trata de la inclusión de una mujer cada cuatro años.
En las presidencias de Audiencias Provinciales las presencia de mujeres disminuye. Mientras que en el 2010 sólo había nueve mujeres presidentas de Audiencias Provinciales, hoy en día, hay ocho. “El porcentaje de magistradas que desempeñan sus funciones en estos órganos ha ascendido desde el año 2010 de un 31,56% a un 37,5% en 2018. En cambio, el número de mujeres ocupando la presidencia en la actualidad es peor incluso que el que había en el 2010”.
“A pesar de haber incrementado el numero de mujeres en los Tribunales Superiores de justicia (en 2010 era un 29% y en 2018 un 34,2%), el número de mujeres presidentas en los tribunales superiores de justicia de este país que son 17, sigue siendo el mismo. En 2010 había una mujer que es María Pilar de la Oliva, la presidenta de TSJ de Valencia. Ocho años después el gran salto de género es que nos hemos quedado como estamos, con una sola mujer presidenta”, concluye Gloria.
Los Juzgados de Violencia sobre la Mujer son los órganos con mayor presencia femenina según informa en el Consejo General de Poder Judicial (CGPJ). Las mujeres representan el 71,4% de los titulares de Juzgados de Violencia. Un dato que dista mucho de la representación femenina en las algunas de las salas jurisdiccionales del Tribunal Supremo.
Hay tres salas en el Tribunal Supremo que cuentan con la representación de una sola mujer: Civil, Penal y Militar. Es alarmante que la presencia sea tan escasa en las tres salas mencionadas, pero, sobretodo, llama en especial la atención que la Sala de lo Civil únicamente cuente con la mirada femenina de la magistrada María de los Ángeles Parra Lucán.
Las mujeres encabezamos las estadísticas de los cuidados familiares no profesionales, pero, “la paradoja es que en la Sala Civil del Tribunal Supremo, que es donde se dirigen los recursos en materia de familia”, la representación de las mujeres es mínima, “parece que las mujeres nada tienen que decir en la toma de resoluciones judiciales que marcan la jurisprudencia de este país”. Algo que para la presidenta de la AMJE, es de una gravedad similar a la “carencia de mujeres en el Tribunal Constitucional”.
Es cierto que se ha conseguido avanzar. Hace diez años, las mujeres solo eran mayoría en cuatro Comunidades Autónomas: Cataluña, la Comunidad Valenciana, Madrid y el País Vasco. Ahora, lo son en todas las comunidades menos en tres. Y, aunque los datos estiman un futuro más igualitario en la Carrera Judicial aún es pronto para celebrar. Al fin y al cabo, las mujeres hoy en día representan el porcentaje que los hombres presentaban hace una década.
