Abríamos esta semana con los resultados del estudio realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

Los datos que se han analizado, a grandes rasgos, en los distintos medios de comunicación se han centrado principalmente en el voto emitido en las pasadas elecciones del 20 de diciembre, en la valoración de los líderes y en la intención de mantener el voto para la próxima convocatoria del 26 de junio. Pero este pormenorizado estudio nos desvela otras cuestiones que sería muy conveniente tener en cuenta para poder sacar una buena imagen del país en el momento inmediatamente posterior a los fallidos comicios.

Dos son los puntos de partida: el número de encuestados y la fecha en que se realizó el estudio. La muestra se ha basado en las respuestas de 6.242 personas que ya fueron encuestadas con anterioridad. Las entrevistas personales se realizaron entre el 7 de enero y el 19 de marzo de 2016 –transcurrido un periodo de dos meses tras las elecciones del 20 de diciembre de 2015-.

Según los expertos consultados, nos encontramos ante una muestra de grandes dimensiones por lo que los datos nos ofrecen una alta fiabilidad; por otro lado, sin embargo, es bastante probable que a día de hoy, el hartazgo debido a la evolución durante los días posteriores al cierre de la consulta habría podido matizar algunas respuestas. En cualquier caso, hay información suficiente para hacer no pocos análisis que arrojen luz sobre los perfiles del electorado español.

Intentaremos señalar los puntos más llamativos: analizaremos, por un lado, las preferencias de los votantes españoles en términos generales, y por otro, sus respuestas más políticas en un segundo artículo.

los políticos no se preocupan mucho de lo que piense la gente

Ante el debate abierto estos días sobre las nuevas elecciones, los líderes políticos quizás deberían saber que la mayoría de los encuestados no ha seguido con gran interés la campaña electoral de los pasados comicios (incluso, las elecciones no fueron un tema de conversación habitual en su entorno). El perfil del español medio no considera estar más o mejor informado que la mayoría y siente que los políticos no se preocupan mucho de lo que piense la gente sino que se preocupan de sus propios intereses personales -señalan que los más cercanos han sido el Partido Popular y el Partido Socialista en lo que a contacto con el ciudadano se refiere durante la campaña-.
A pesar de la lejanía que parece caracterizar a nuestros políticos, no obstante, sí piensan la mayor parte de los consultados que a través de su voto pueden influir en lo que sucede en la política española. En este sentido es prácticamente unánime la consideración de que votar es un derecho y no un deber, que sostiene la democracia y que no supone un gran esfuerzo.

La tendencia en las opiniones se inclina hacia la consideración del mal funcionamiento de la democracia y la ciudadanía española manifiesta confiar en las Organizaciones Gubernamentales por encima de los Medios de Comunicación, del Parlamento, del Poder Judicial, de los partidos políticos y, en último lugar, de la banca.

La mayoría se informa a través de la televisión (eligiendo en primer lugar La Sexta, TVE1 y Antena 3), seguida a gran distancia por los periódicos en papel (El País es con diferencia el más leído) y la radio (La SER está a la cabeza en radio-oyentes).

Solamente un 30% seguimos los debates electorales en televisión (el celebrado entre Rajoy y Sánchez y el celebrado entre RiVera, Iglesias, Sáez y Sánchez), el 62% no vio ningún debate más, ni prestó atención a la propaganda electoral. El 98% no ha puesto un euro para ninguna campaña política ni trabajó voluntariamente en ella y el 93% no ha puesto un pie en un mitin.

el 62% no vio ningún debate más, ni prestó atención a la propaganda electoral

Accedemos a internet aunque los diarios digitales son leídos por una pequeña minoría; nos gustan las redes sociales y preferimos Facebook a twitter. Con estos datos podemos pensar en que algunos perfiles políticos no cuadran con la realidad, y que todo apunta a que las noticias que señalaban sobre la compra de seguidores y el uso poco ético de los “llamados trolls y fakes” (perfiles falsos que tienen el objetivo de reforzar un perfil y machacar a otros en las redes) sean muy ciertas. Hay números que la realidad no sostiene.

Aunque la mayoría ha tenido conocimiento de los resultados de las encuestas electorales, reconoce que éstas no le han influido. En aquéllos casos en los que sí se han tenido en cuenta de algún modo, han influido en animar a votar, reforzando la decisión que ya se tenía tomada.

preocupaciones: el paro, la corrupción, la educación, el terrorismo internacional y la sanidad

Las principales preocupaciones del pueblo español, si extrapolamos los resultados de esta encuesta, serían: en primer lugar el paro, la corrupción, la educación, el terrorismo internacional y la sanidad junto con la economía. Sin embargo, se considera que durante la campaña electoral los candidatos se centraron principalmente en hablar sobre corrupción –y aquí el mensaje más aceptado fue el de Podemos y el del PP-. En un plano muy secundario se hizo referencia al paro, la economía y la independencia de Cataluña. Las críticas entre los partidos ocuparon más espacio que el dedicado a la sanidad, a la educación, a la creación de empleo o al problema de las pensiones.

La situación política se valora entre regular y muy mala por la mayoría, prácticamente en los mismos términos que la economía (aunque hay una leve mejora según una tímida mayoría en los últimos años, que consideran se mantendrá igual en el futuro).

La mayoría del pueblo español consideramos que la convivencia con personas de distinto origen, cultura y religión es enriquecedora y preferimos pagar más impuestos para mantener los servicios públicos y las prestaciones sociales. Se antepone la seguridad a la libertad (a la mayoría no le importa renunciar en parte a la segunda para garantizar la primera).

Una llamativa mayoría reconoce no haber ido nunca a una manifestación –o muy rara vez-, no haber dejado de comprar productos por razones políticas o medioambientales, no haber participado en una huelga, y aumenta hasta pasar el 80% quien afirma jamás haber ocupado un edificio ni haber participado en un foro de discusión política en internet.

Suma y sigue, porque el español medio no pertenece a ninguna asociación (ni sindical, ni deportiva, ni cultural ni política o de cualquier otro tipo), y entre aquellas –pocas, muy pocas-personas que se encuentran en la minoría asociativa, la mayoría prefieren unirse para asuntos relacionados con el arte, el deporte y la familia. Llama la atención en este sentido el mínimo interés por la afiliación a partidos políticos y sindicatos.

Con estos datos se pueden ir sacando algunas conclusiones: no estamos contentos con la situación política, pero pasamos olímpicamente de comprometernos. Quizá sea hora de pensar que la política mejoraría mucho si precisamente hubiese más compromiso: y para eso, han de tomar nota los partidos políticos y los sindicatos porque es evidente que generan rechazo. Quizás esa cerrazón por su parte se deba a que cuantos menos sean más fácil sea hacerse con las cuotas de poder, quién sabe –mientras la abstención no haga peligrar sus sillones, es bastante probable que sigamos en esta-.

no estamos contentos con la situación política, pero pasamos olímpicamente de comprometernos

En términos generales la población española valora los servicios públicos y no le importa pagar más para mantenerlos –aunque la corrupción es una de sus principales preocupaciones-. Considera que el sistema democrático merece un repaso (pero, insisto, no acude a manifestaciones ni participa en foros de debate ni colectivos en defensa de derechos), es integradora con otras culturas y piensa que votando pueden cambiarse las cosas (aunque a los líderes les ve lejos y distantes de la realidad).

Ve la tele, se informa de manera pasiva y podría decirse que ha rechazado la notable manipulación de las cadenas públicas –por su llamativo descenso de audiencia en los últimos años-. Aunque aún está lejos de buscar por sí misma la información y nutrirse de distintas fuentes. Prefiere medios aparentemente progresistas, y lo que más le preocupa es el paro.

En esta foto seguramente le llamen la atención algunos datos. Puede que se sienta cómodo entre una inmensa mayoría, o por el contrario, sorprendido al constatar ser un bicho raro. Puede que a partir de ahora algunas piezas empiecen a encajarle.

En la siguiente entrega comentaremos la relación entre estas pinceladas y las preferencias políticas. Le invito a ir adivinando.

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