Un tiroteo masivo es un episodio en el que mueren cuatro o más víctimas, pero no se incluyen en la definición las matanzas entre pandillas o asesinatos que involucren a varios miembros de una misma familia.

Solo durante 2015 se produjeron 372 tiroteos masivos que provocaron 367 muertos en EE.UU., alrededor de uno al día.

Entre 1966 y 2012 hubo 90 tiroteos masivos en Estados Unidos.

Los 90 tiroteos masivos en Estados Unidos representan aproximadamente de un tercio de los 292 ataques que se han registrado en el mundo.

Mientras que Estados Unidos tiene el 5% de la población mundial, allí suceden el 31% de los tiroteos masivos.

En Estados Unidos las personas tienen una gran probabilidad de morir en tiroteos masivos si están en el trabajo o en la escuela. En otros países esos incidentes ocurren típicamente cerca de instalaciones militares.

En más de la mitad de los casos en Estados Unidos, el tirador tiene más de un arma de fuego. En incidentes internacionales, el atacante típicamente tiene sólo un arma.

Algunos investigadores creen que esas masacres pueden ser “contagiosas”. Lo que se ha dado en llamar ”el efecto copycat” : una muerte o tiroteo que sea ampliamente difundida por televisión incrementa las oportunidades de que otras puedan ocurrir en dos semanas. Es una “infección” que dura cerca de 13 días. Es decir, dura lo que dura el interés por el caso en la prensa.

Este fenómeno de imitación es más pronunciado en EE.UU. porque las armas están más disponibles para las personas que en cualquier otro país.

EE.UU. tiene más armas que cualquier otro país. Hay alrededor de 270 a 310 millones de armas circulando en el país.

Pero no se sabe exactamente cuántas.

¿Cuántas armas de fuego hay en Estados Unidos? Nadie lo sabe. El Congreso de ese país nunca ha autorizado la creación de una base de datos al respecto. ¿Cuánto muertos hay por armas de fuego en EEUU? También es un misterio.

Y las cifras de mortalidad por efecto de armas de fuego son elevadísimas, muy por encima de las de cualquier país occidental donde sí existan estrictos regímenes de licencias para acceder a una pistola o a una escopeta. Cada dos semanas, en EEUU hay un ataque con muertes masivas -con al menos cuatro fallecidos-, según el FBI. Pero el poderoso ‘lobby’ armamentístico y el peso de la tradición han impedido hasta ahora cualquier cambio legislativo.

Australia conoció cuatro tiroteos masivos entre 1987 y 1996. Después de eso, la opinión pública se giró en contra de que las personas pudieran tener armas y el Parlamento aprobó leyes más estrictas. Australia no ha tenido un tiroteo desde ese entonces.

La Segunda Enmienda a la Constitución de Estados Unidos, adoptada en diciembre de 1791, defiende el derecho del pueblo a tener y portar armas. El Tribunal Supremo, en famosa sentencia de 2008, interpretó que el derecho a tener armas no es solo colectivo, propio de la milicia, sino también individual: Esto quiere decir que cualquier ciudadano, a título individual, representa al pueblo, y por tanto tiene el derecho a tener y portar armas. Aunque  ese derecho pueda ser limitado por los poderes públicos.

El Tribunal Supremo de Estados Unidos, en 2008 y 2010, confirmó, sin la menor concesión a la duda, el derecho personal, constitucionalmente protegido, a tener armas.

¿Existe, en verdad, un derecho humano a portar un arma?  En Europa consideramos que no, que no existe ese derecho. Que lo que existe es un derecho humano a la propia defensa. Pero que esa defensa no justifica ni implica la tenencia de armas.

En Europa consideramos que sociedad debe ceder su seguridad a los poderes públicos igual que cede la defensa de su territorio al ejército, Y por lo tanto creeos que solo por delegación de los poderes públicos, un ciudadano puede disponer de un arma, en cuyo caso actuará, no en virtud de un derecho propio, sino de una atribución (porque es policía, por ejemplo). Por eso, la venta de armas a particulares está prohibida.

El caso Venezuela, otro ejemplo.

Hace algunos años Pablo Iglesias defendía el derecho a portar armas en este vídeo.

En aquel momento, como todos sabemos, Pablo Iglesias era asesor del gobierno venezolano.

El presidente Chávez había repartido rifles de asalto entre unos 35.000 reservistas civiles, las “milicias bolivarianas” como dieron en llamarse.

Las Milicias Bolivarianas se crearon en 2005 como un cuerpo de apoyo a la Fuerza Armada para la defensa del país. El gobierno las llamaba el “pueblo en armas”, sus detractores “guardia pretoriana”.

Por cierto, ¿quién le vendía armas a Venezuela? Entre otros muchos países, España. El gobierno de Rajoy, concretamente.

Rocío San Miguel, responsable de la ONG Control Ciudadano y experta en temas militares, afirma que Chávez, quien gobernó de 1999 hasta su muerte en marzo de 2013, dejó una sociedad militarizada.

Uno de los grandes problemas de la actual situación venezolana es que las armas de la milicia acabaron revendidas.  Como señala Amnistía Internacional, en Venezuela: “Los menores de edad no están protegidos ni en las escuelas, ni en las calles, ni muchas veces en sus propias casas. Son propensos a quedarse estancados en medio de una balacera, a ser víctimas de las esquirlas de una granada, a ser los destinatarios de una de las tantas balas perdidas que son disparadas en nuestro país diariamente, debido al descontrol armamentístico”.

De paso han surgido las denominadas “megabandas”, organizaciones delictivas que surgieron en el país a partir de fusiones y alianzas entre docenas de bandas pequeñas dentro de las denominadas “Zonas de Paz”, localidades creadas por el régimen que están exentas de la presencia policial y donde los delincuentes operan con total impunidad.

Por donde quiera que se mire, la violencia en Venezuela es extraordinaria.

Si analizamos las cifras del gobierno, que hablan de 39 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2013, descubrimos que Venezuela es un país más violento que Colombia y México, naciones azotadas por la violencia durante décadas.

Pero si uno se remite a las cifras del independiente Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), que estima 79 muertos por cada 100.000 habitantes el año pasado, la situación es, directamente, de guerra civil.

Según cifras oficiales, ocho de cada diez homicidios -que generalmente se producen por robo- se cometen con armas de fuego. Amnistía Internacional calcula que existen 6 millones de armas en el país de 29 millones de habitantes, aunque otras fuentes, incluyendo las oficiales, estiman que son muchas más.

Pese a los planes de desarme, los analistas concuerdan en que conseguir un arma en un barrio popular es fácil y barato.

En el origen del fenómeno, más allá del debatible argumento de las telenovelas, está una mezcla de factores que van desde la crisis del sistema judicial y penitenciario hasta la enorme cantidad de armas que circulan en el país.

¿Cómo va a hacer eficiente un plan de desarme cuando la consigna de la milicia bolivariana es ‘el pueblo en armas’?

La conclusión es tan obvia que no hace falta ni escribirla, pero por si acaso ahí va. El hombre no es bueno por naturaleza. Ni malo. La naturaleza humana es dual. Pero lo que está claro es que el homo sapiens es una de las especies más violentas de la tierra. Y que un homo sapiens armado es más peligroso que uno sin armar.

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