Decía el General Juan Perón que los peronistas son como los gatos, cuando uno cree que se están peleando en realidad se están reproduciendo, y esto lo vivió el Presidente Macri en primera persona el pasado miércoles 7 cuando se unieron las diferentes facciones del peronismo en sus más variadas versiones junto a algunos aliados circunstanciales para hacer lo que no hicieron durante los doce años en que fueron gobierno.

La causa en común fue la aprobación en la Cámara de Diputados de un proyecto de reforma del Impuesto a las Ganancias que modifica las alícuotas que se deben pagar. La paradoja es que las fuerzas aliadas oficialistas no hicieron ninguna movida en el año que llevan de gobierno (25% del mandato) en pos de modificar algo que habían prometido en la campaña electoral, y la oposición aprovechó la oportunidad para mostrarse como alternativa en un tema que es sensible a muchos argentinos, puesto que como no se modifican los mínimos no imponibles desde hace bastante tiempo, cada vez más gente paga este impuesto, incluso aquellos que técnicamente cobran un sueldo y no deberían pagarlo puesto que como dice la campaña popular iniciada para lograr cambios en el mismo, “el sueldo no es ganancia”.

Pero lo más paradójico de la cuestión es, quizás, que los mismos que el pasado 7 de diciembre se unieron para propiciar los cambios señalados son los que tuvieron responsabilidad de gobierno hasta un año atrás y no hicieron nada por modificar esa situación. Como señala el politólogo Andrés Malamud, ‘la magia del peronismo consiste en representar a los pobres y beneficiar a los ricos’  y eso fue efectivamente lo que pasó en los últimos años, el peronismo eligió favorecer con políticas a los sectores más poderosos en términos económicos y garantizar el apoyo de los sectores más postergados a su proyecto con el otorgamiento de subsidios que palearan, al menos en una parte, si situación.

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Este proyecto trae como consecuencias directas una serie de cuestiones que marcarán el futuro del gobierno Macri.

En primer lugar, por primera vez la oposición se une tras un proyecto común e infringe al gobierno una derrota legislativa, y dada la minoría legislativa en la que gobierna el Presidente Macri, puede verse obligado a ejercer más veces su derecho de veto, situación por ahora mantenida en suspenso puesto que en el último año logró acuerdos parlamentarios que permitieron la sanción de leyes en línea con su proyecto político. Esto puede provocar cierta inestabilidad política en tanto y en cuanto el oficialismo está en minoría en ambas Cámaras Legislativas.

En segundo lugar, el propio accionar de la oposición de cara a un año electoral, Argentina en 22017 renueva el 50% de la Cámara de Diputados y el 33% de la Cámara de Senadores, puede obstaculizar la labor legislativa del oficialismo, puesto que la necesidad de mostrar diferenciación en el accionar generará que se extremen las diferencias y se minimicen las coincidencias con el objetivo de mostrarse como una alternativa viable.

En tercer lugar, las fricciones hacia el interior de la alianza electoral que llevó a Macri al gobierno, puesto que comienzan a ganar terreno aquellos que promueven que, ante la reunificación fáctica del peronismo, se intente cooptar a algunos dirigentes en pos de afianzar una pata peronista de Cambiemos.

Como se ve, la situación se avizora compleja para el próximo año, y el escenario electoral hará que se complejice aún más. El 2016 fue un año tranquilo para Macri en términos legislativos y logró sortear sin mayores dificultades ni consecuencias las aguas legislativas, seguramente el mar no se presente el próximo año con la misma serenidad.

Queda por saber si esta elección de medio término trae como consecuencias cuestiones similares a las de 1987 y 2001 respecto a la fortaleza de la oposición y la debilidad del gobierno, o si en cambio el oficialismo logra reforzar su posición y ganar terreno en la lid parlamentaria… esperemos esto no sea un déjà vu.

1 COMENTARIO

  1. Un gobierno siempre necesita el control y la manipulación de las masas para su estabilidad en la gestión. Con políticas adecuadas, e ideologías que la población pueda contextualizar y entender correctamente. El gobierno necesita propuestas, hablar y acercarse más a la gente extremadamente para remediar un poco la inestabilidad social, no es difícil, y tampoco hace falta endeudarse para concretarlo.

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