Hay decisiones judiciales que cuesta entender. Y la palabra de una menor de cuatro años contra su padre, tras acudir reiteradamente con lesiones al colegio, y estar ya bajo la tutela de Protección de Menores, no parece ser motivo suficiente para encausar al progenitor.
Al menos, así lo ve el Juzgado de Instrucción número 2 de Valladolid, que ha archivado las diligencias por delito leve de violencia doméstica y de género, lesiones y maltrato familiar contra un hombre que a primeros del pasado mes de febrero fue detenido por la Policía Municipal después de que su hija, de 4 años, fuera atendida de lesiones en el colegio y la víctima señalara a su progenitor como autor de las mismas.
La pequeña había manifestado que era su padre el que «la pegaba cuando llegaba a casa enfadado».
Llama la atención esta decisión judicial cuando en España hay cientos de casos, al menos, de menores tutelados, a los que ni siquiera les dejan ver a sus padres, y que son niños de familias muy humildes, pero muy queridos.
Sin justificar
En su auto, el titular del juzgado, César Gil Margareto, apunta que, practicadas las diligencias de investigación oportunas, procede el sobreseimiento provisional de la presente causa tras advertir de «de lo actuado no aparece debidamente justificada la perpetración del delito que ha dado motivo a la formación de la misma», de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 641-1º y, en su caso, en el artículo 779.1.1ª de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
Los hechos se produjeron el 31 de enero cuando agentes de la Policía Municipal comparecieron en comisaría presentando en calidad de detenido a un hombre de 44 años, por la comisión de un presunto delito de violencia doméstica. Contra la resolución del juez instructor cabe recurso de reforma y subsidiario de apelación ante la Audiencia de Valladolid, dentro de los tres días siguientes desde su comunicación.
La intervención comenzó cuando el Agente Tutor de un colegio de la zona centro fue alertado por trabajadores del mismo de que una de sus alumnas, de 4 años, presentaba lesiones y que ella misma manifestaba que habían sido producidas al parecer por su propio padre.
Una vez en el centro educativo, los policías se entrevistaron con la dirección, profesorado y asistentes sociales, tanto del propio centro como del CEAS correspondiente. Estos les confirmaron que esta alumna presentaba lesiones (contusiones, arañazos …), que no era la primera vez, y que ella misma había manifestado que era su padre el que «la pegaba cuando llegaba a casa enfadado».
Sobre las 13.50 horas, cuando los padres se acercaron al centro educativo a recoger a la niña, el padre fue detenido, se le informó del presunto delito que se le imputaba así como de los derechos que como tal le asisten, siendo finalmente trasladado a dependencias policiales
