“En el fondo esto es lo mismo que cuando uno se muere y le dedican una calle en su ciudad o le nombran hijo predilecto. Está bien, es un bonito gesto, pero está mejor si los méritos se le reconocen a los interesados en vida”. Un accionista del Popular y buen conocedor de la entidad resume así para Diario16 la autorización por parte del Banco de España (BdeE) del plan de viabilidad del Popular, denominado Sunrise, elaborado por el actual presidente, pero hasta la próxima junta de accionista (febrero o marzo) .

De haberse aprobado esa iniciativa tanto por el Banco de España como por los organismos competentes, o sea por el ministro De Guindos, probablemente Ángel Ron seguiría siendo el primer ejecutivo del banco, pero ni el Banco de España ni el titular de Economía dieron su visto bueno, lo que precipitó la caída de Ron de la cúpula de una entidad que ha sido y sigue siendo rentable.

Lo que han hecho con Ron es una hipocresía de “caballo de Troya”. Primero se lo cargan y luego lo condecoran. Y, además, una exhibición de “humor negro”, porque quien se va a beneficiar de la aplicación del plan de Ron son, precisamente, los que ya también lo venían haciendo con otras operaciones o gestiones al respecto de la operación de cambio. Por supuesto, no hacemos referencia al sucesor directo, el es un profesional.

Y ocurre que, objetivamente, el placet del emisor llega con Saracho de presidente, aunque nada haya tenido que ver con el plan de viabilidad ni con la caída de Ron. Otro que no lo podrá ver desde el callejón es Francisco Gómez, el consejero delegado del Popular nombrado por Ron y persona que tuvo mucho que ver en la elaboración del Sunrise. Gómez fue la primera víctima, igualmente al margen del actual Consejero Delegado, otro profesional.

Sorprendía hasta hace pocas fechas la postura tan inflexible de BdeE y de Economía con un banco que ha demostrado siempre su solvencia y su rentabilidad y que ha cubierto en todas las ocasiones las ampliaciones de capital con más demanda que lo ofertado, a veces el doble. Pero Ron tenía que salir y en ello pusieron su empeño una pocas personas, instituciones y entidades, incluso en lo personal algún extranjero, pero con muchas “populares”.

 

Pierde el pequeño accionista

El asalto no solo se ha llevado por medio al presidente y al consejero delegado, sino que ha arruinado a decenas de miles de pequeños accionistas, familias, PYMES y profesionales que han visto como una “guerra entre bandas” se ha llevado sus ahorros de toda una vida. Y ante esa perdida del valor de la acción, (-60% sólo en 2016) y en orden a la protección de esos pequeños accionistas nada se ha visto hacer desde el Banco de España, el Ministerio de Economía o la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Da la impresión de que priman los intereses de lobbys y familias que los pequeños inversores.

Precisamente algunos de esos pequeños y medianos accionistas están intentando que su caso sea estudiado desde el punto de vista jurídico, según han reconocido a Diario16 algunos despachos de abogados especializados en derecho financiero y bancario. Se trataría de intentar encontrar responsabilidades entre las instituciones económicas del Gobierno y del Estado por la pérdida del valor de su ahorro. El caso del Banco Popular, al parecer, no termina con el “ desahucio del Presidente que nunca desahució”.

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