Antes de comenzar el mundial de F1 este año que rima en dos cifras con este periódico, el futuro rey de internet: Diario16, las apuestas a favor de Fernando Alonso como posible ganador del campeonato se pagaban 34 a 1. Y era el cuarto favorito, detrás de Lewis Martillo Hamilton (1,6), Nico Buenchico Roseberg (4) y Sebastian Luckyboy Vettel (4,%). Pero sucedió que salió volando, como es sobradamente conocido, en la tercera curva situada al final de Whiteford en el circuito de Albert Park. Y a ello hay que añadir que en Baréin los médicos de la maFIA no le dejaron correr. Así que si alguien quiere, necesita hacerse rico, y es persona de verdadera fe, quizá haya llegado el momento de apostar, gastarse mil pequeños euritos en él.

Porque si sucediese, si este año ganase el Gran Nano -todavía hay tiempo y esperanzas- el mundial de pilotos la apuesta se pagaría a 401 (ya igualado con Buttony Bottas, y detrás de Ricciardo, que cotiza a 81).

Por mil euros se podrían ganar 401.000.

Y si alguien conociese el futuro y sucediera que el siempre agradable Carlos Sáinz acabase con más puntos que nadie en Abu Dabi el 27 de noviembre de Diario16 (perdón: del año 2016), podría ganar nada menos que 1501 euros por cada monedita de unidad apostada. Suena a mucho milagro, demasiado, lo sé. Aunque si en fútbol se pueden «sugerir» conductas a jugadores y arbitros, lo mismo podría suceder, y doy por hecho que sucede, en la F1.

Corre el rumor de que ya está bien de Luis Martillo Hamilton. A pesar de ello sigue siendo el favorito en los pool de apuestas. Si gana él se pagaría el envite a 1,80. Si gana Rosberg a 2,40. Gesine Gleitsmann Dengel, la mamma de Rosberg, mi amigo Jon Salao y varios consejeros de la mismísima Momia Ecclestone ya han puesto dinero a favor de Nico Buenchico.

Cuando acabe de escribir estas frasecitas voy a quedar con mi propia y muy amada madre , que siempre ha dispuesto de posibles (aunque ya esté un poco harta de que la sangre otra vez el más bandarra de sus cuatro descendientes; ¡Vamos, mam, sólo otra vez!) para pedirle dos billetes púrpura y apostarlos por Fernando. Al mundial.

Y si llega el cheque del periódico antes de que se abra el semáforo en Shanghai me gastaré otros cien en que Fernando Novolando Alonso correrá y acabará en lo más alto del podium; se paga solamente a 301, pero ¿qué importa? Aún mejor que el dinero sería ver como los dioses y sus héroes recompensan mi romanticismo e inquebrantable fe.

Tigre tigre.

 

 

 

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