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Animales domésticos. La novela más descarnada de Teresa Viejo

Isabel Blasco
Isabel Blasco
Periodista y editora con más de 15 años dedicada al sector editorial. Experta en comunicación cultural. Directora de www.arcopress.com, editorial dedicada a la publicación de libros relacionados con la salud, bienestar, deporte, nutrición, sexualidad y redes sociales.
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análisis

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En el periodismo lo ha hecho casi todo. En la literatura, ha firmado una decena de títulos que han sido traducidos a varios idiomas y, algunos, se han adaptado a la pequeña pantalla consolidándose como una escritora que nos sorprende en cada trabajo por su versatilidad y su profundo conocimiento del alma humana. Ahora presenta Animales domésticos, un adictivo thriller emocional con tintes eróticos que reflexiona sobre los límites de la privacidad dentro de la pareja, el estigma de la infidelidad, los tabúes, el morbo y el deseo en estado de ira… Una suerte de Big Little Lies a la española. Cuando ha salido a la luz el cierre de la mítica cabecera Interviú, que dirigió durante una de sus épocas, hablamos con Teresa Viejo.

 

-«Mire donde mire localizo a parejas adulteradas por la mentira, mostrando unas frívolas carcasas relucientes pero renegridas por dentro». Empezamos fuerte. ¿De verdad mires donde mires sólo ves parejas adúlteras y como dice tu protagonista: Todo amor que se descuida está condenado a la infidelidad?

Vaya, sí empezamos fuerte. Escribir en primera persona entraña el riesgo de que la narradora y la protagonista tengan, para el lector, la misma identidad pero lo asumí porque me parecía muy estimulante crear así a Abigail. La reflexión es una de las muchas que se deslizan a lo largo de la novela y nacen de la profunda decepción que se desata al saber que su marido mantiene una doble vida, en paralelo a su matrimonio casi perfecto. Está herida, en estado de ira, y piensa cosas acertadas y otras motivadas por su dolor. No obstante sí creo que el amor descuidado tiene los días contados.

 

-Tus anteriores novelas se enmarcaban en otras épocas. En esta nos pones de frente el complejo mundo de las relaciones en el siglo XXI. Para ello tú misma dices que has salido de tu zona de confort. ¿Una purga con efecto purificador?

No hay que buscar un objetivo redentor en la novela y sí un reto, otro más, de lo contrario siento que me estoy acostumbrando a un trabajo y me hastío. Escribir es una necesidad vital que uno a mi deseo de crecimiento personal y a mi afán por conocer al ser humano y por ello tenía que situar la historia en el presente y acercarme a un escenario convulso, cambiante, incierto, inseguro, y qué se yo cuántas cosas más… Al amor líquido de Bauman.

«El amor descuidado tiene los días contados»

 

-Mónica Carrillo, Carme Chaparro, Marta Fernández…¿harta de justificar otra periodista que escribe novelas? Máxime cuando, en tu caso concreto, llevas desde el 2001 escribiendo y ya tienes en tu haber importantes éxitos literarios…

Lo cierto es que no pienso en ello, de verdad. Con La memoria del agua sí entendí que debía de dar explicaciones aunque la historia de aquel Balneario era tan potente que la novela se sostuvo por sí misma. Y ahora presiento que en mis libros el lector no ve a una periodista sino a una observadora, a una especie de psicóloga autodidacta porque lo que más disfruto es la creación del ego de ficción, casi más que en las tramas.

 

-Esta es una novela de secretos. Secretos que se descubren y que saltan por los aires provocando grandes tsunamis emocionales. ¿Hay secretos en una pareja que nunca deberían salir a la luz? Por aquello de «ojos que no ven…»

Soy incapaz de dar consejos inamovibles en materia sentimental pues lo que sirve a una pareja causaría la destrucción de otra, por ello he aprendido a no juzgar. Lo que sucede conviene, ya está. Ahora bien, todos, absolutamente todos, guardamos secretos y mi única sugerencia es que si crees que su conocimiento dañaría a alguien no lo compartas con nadie, salvo con esa persona si lo crees necesario. Los secretos se vuelven públicos cuando se liberan.

 

-«A los hombres les atraen las mujeres fuertes; sin embargo, eligen a las frágiles. Obedece a su instinto de protección». ¿No serán frágiles las presumibles mujeres fuertes? Como podría ser Abigail, el personaje de tu novela…

Todos mantenemos un equilibrio entre la seguridad y la protección pero decidimos qué ofrecemos a los demás; por ello existen personas aparentemente muy firmes que se están rompiendo por dentro y lo ocultan. Parte de la estabilidad emocional del individuo reside en la autenticidad, en la congruencia entre su ser íntimo y su ser público. Enmascarar cómo es uno no presenta un buen pronóstico a la larga. Respecto al instinto de protección masculino y nuestra demanda de seguridad, qué duda cabe que ambos conceptos forman parte de nuestra herencia genética como especie y si pretendemos hacerlos desaparecer necesitamos tiempo de socialización. Mucho tiempo.

«Soy una curiosa impenitente»

 

-El ambiente que rodea a la trama es muy cuidado, como en el resto de tus novelas. En el caso de Animales domésticos está impregnado por una atmósfera previa a la crisis que todos hemos padecido… Dicen que las crisis sirven para aprender, ¿hemos aprendido algo o nos miramos más de reojo?

A mi entender la crisis económica ha destapado una profunda crisis de valores y cada uno debe de responderse a esa pregunta. Está por ver que nuestra sociedad haya aprendido la lección porque detecto comportamientos no muy saludables de nuevo; en mi caso te diré que estos años atrás han hecho de mí una persona nueva. Mi crecimiento personal y espiritual ha sido brutal, así que bendita crisis.

 

-«Una mujer no necesita a un hombre, necesita a su hombre, aunque, a veces, no llegue en esta vida y tenga que resignarse a encontrarlo en la siguiente» … Esto lo podría haber dicho Madame Bovary. ¿Dime cuánto han cambiado las relaciones entre mujeres entre hombres y mujeres? ¿O todo sigue más o menos igual?

Lo dice la abuela de Abigail que es el personaje más sabio de la novela. Una mujer a la que yo querría tener muy cerca en la vida. En materia sentimental han cambiado las formas pero no el fondo y esto está causando desconcierto, como poco, y en muchas ocasiones dolor. De nada sirve descargarse App´s de contactos aduciendo que las mujeres “depredamos” como los hombres, si cuando nos vamos a dormir miramos al otro lado de la cama añorando un abrazo. Es muy fácil demoler el amor romántico y muy insensato hacerlo sin tener un concepto de repuesto. ¿Qué es el amor entonces? ¿De qué manera nos vamos a relacionar amorosamente con el otro sexo, o con el mismo? ¿Solo meros contactos ocasionales? ¿Eso queremos? ¿Un mundo de hombres y mujeres solos, en sus minúsculos apartamentos, chateando con un avatar? Por favor, apostemos por el amor auténtico.

«Los secretos se vuelven públicos cuando se liberan»

 

Hablemos de Abigail, un personaje maravilloso que has creado en Animales domésticos. ¿Cómo surge y aparece perfilada en tu vida esta mujer? La lectora estoy segura de que se sentirá un poco Abigail.

Tú lo has dicho, cualquier mujer puede ser Abigail. Es el personaje más espejo que he creado nunca. Cualquier mujer casada desde hace tiempo, con su trabajo y sus ambiciones, que empieza a sentir la rutina de la convivencia como un lastre, y mira a su marido preguntándose quién eres en verdad, es Abigail.

 

-En qué momento termina la obsesión de una mujer que se ha obsesionado con un hombre… ¿Cuándo le hace morder el polvo, cuando le ve infeliz con otras? ¿Cuando ella rehace su vida? ¿Cuando no queda más remedio que aceptar y recoger los bártulos?

La obsesión se alimenta de rabia y esta es una emoción que no debe extenderse en el tiempo, por salud física y mental. Por tanto cada uno debe de marcarse los límites.

«En mis libros el lector no ve a una periodista sino a una observadora, a una especie de psicóloga autodidacta»

 

-¿Las nuevas tecnologías nos han convertido en expertos rastreadores…es peor saber o no saber, hubiera sido Abigail más feliz si no hubiera abierto el ordenador de su marido y de su «perfecta» existencia?

Hubiera permanecido adormecida y hubiera resultado una mujer menos sabia.

 

-Tú nos preguntas y yo a su vez te repregunto… ¿Puede alguien desconocer la verdad de su pareja durante toda una vida? ¿Realmente el perdón existe o está adornado por otros intereses?

Por partes, sí hay personas que transitan por la vida de puntillas y se pierden incluso los detalles de sus seres cercanos. Puede ser una opción egoísta para no sufrir, y no lo juzgo. En cuanto al perdón, si eres profundamente resiliente perdonas sin dificultad porque no conoces el rencor. El rencor y el perdón son incompatibles.

 

-¿La deslealtad está en el ocultamiento y en el momento que dejas de serlo te conviertes en una pareja abierta…?

La deslealtad anida en el hecho de herir de forma consciente al otro, atacando a su seguridad emocional. Ser una pareja abierta no es solo verbalizar los deseos hacia una tercera persona, sino consensuar con la pareja la hoja de ruta con la que ambos van a convivir sin causar mal al otro. Es una fórmula muy compleja donde los márgenes se diluyen con facilidad, aunque existen parejas muy felices en esta figura.

 

-Hay todo un mundo que rodea a Abigail: su amiga Julia, su amigo Manu que la descubre un nuevo mundo… y la tensa relación con su madre…

Los personajes secundarios tienen una función esencial en aras de otorgar veracidad a Abigail; forman parte de su construcción como ser humano. Y establecen particulares relaciones con ella como establecemos nosotros con nuestros amigos o familiares. Manu está inspirado en uno de mis mejores amigos y él lo sabe.

 

-Sin generalizar, ¿qué busca realmente Teresa Viejo dentro de la caja de Cola Cao?

Todo. Secretos inconfesables. Mensajes del más allá. La prueba de mis sospechas. El porqué de la vida. Soy una curiosa impenitente.

 

-Teresa, cada día salen más títulos a la luz. La competencia es feroz. Cuéntame, ¿cómo le dirías al lector que debería comprar tu novela en la estantería?

Porque acompañará cada paso de Abigail como si lo estuviera dando él o ella y no podrá parar de leerla. Porque le pellizcará las tripas y le encogerá el corazón. Porque querrá besar a quien tenga cerca y amar al límite, como ama ella.

 

-El cierre de la mítica Interviú ha conmocionado a toda la prensa. Tú fuiste directora de la revista de 2002 a 2004. ¿Qué opinión te merece?

Interviú nació hace cuarenta y dos años para espolear a un país que necesitaba desnudarse y mostrar las vergüenzas de la dictadura. Como dije en Twitter llevo Interviú en el ADN y estoy rota por todos mis compañeros y por lo que ha significado para el periodismo en este país.

 


La «observadora» observada

 -Estado emocional

Observando la vida.

Defíneme el morbo

El peldaño más alto en la escalera de la curiosidad.

-Y la fidelidad?

El concepto resuena antiguo, prefiero lealtad.

-Una bebida para acompañar a un buen libro

Un té.

-Unos necesitan el silencio y otros…

¡Qué sé yo!   Estoy entre los primeros.

-¿Cada novela cuesta más… o el oficio cuenta?

Cada novela es más descarnada y te expones más.

-Un secreto para seguir manteniendo esa sonrisa

Vivir es un privilegio y eso que creo en el más allá.

-¿Qué es lo que hace Teresa viejo cuando nadie la ve?

Hablo sola.

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