Altaneros petulantes

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No es amor

Mariano, puerta calle, es el perfecto yerno, el hombre ideal. Bien vestido, bien peinado, siempre arreglado, con su barba perfectamente recortada y de punta en blanco. Si le encuentras en el ascensor, te dejará pasar primero y siempre te dará los buenos días o las buenas tardes y se acordará de aquellos de tu familia que se encuentren enfermos o estén pasando por una circunstancia amarga. Algunos de sus vecinos han detectado que las preguntas las repite sistemáticamente, como si no le importara lo que pregunta, pero no le han dado la mayor importancia.

Puertas adentro, Mariano es un pérfido miserable. Un vago redomado que no levanta ni un palillo del suelo. Un cerdo que se cambia los calzoncillos cada quince días. Un putero, borracho y maltratador que le hace la vida imposible a su esposa Dolors. Le pasa el dedo a los muebles buscando un pretexto con el que ridiculizarla. Busca una arruga en la camisa o el pantalón que le dé pie a llamarla boba, estúpida o vaga y, cuando llega con unas copas de más, después de haber pasado por el lupanar de la esquina, si se lo recrimina, le suelta dos bofetadas.

Dolors no trabaja fuera de casa porque Mariano no se lo permite. Él, no soportaría que su mujer ganara más. Ni tampoco soporta que Dolors hable con otros hombres. Siempre cree que su mujer le pone los cuernos, aunque él es el único putero en casa.

Al principio, en las peleas, ambos cónyuges llegaban a las manos. Mariano empezaba y Dolors, siempre peor parada, se defendía. Hasta que un buen día, Mariano que es un gran embaucador, tras las amenazas de su mujer de denunciarle, acabó en el juzgado poniendo una demanda a Dolors por malos tratos. Tuvo suerte la pobre mujer de que le tocara un juzgado de familia en el que la fiscal era otra mujer y que, tras darse cuenta de sus moretones, acabó por no cebarse con ella. Solicitó que la jueza sobreseyera el caso, pero falló que los malos tratos eran mutuos.

Dolors ha estado pensando en abandonar a Mariano durante años. Ahora parece que la situación se ha vuelto tan irrespirable en casa, que el paso es definitivo. De los ocho hijos de la pareja, cuatro ya no aguantan más los maltratos del padre. Dos creen que el padre tiene sus motivos (básicamente porque son iguales que él) y otros dos, los más pequeños, no entienden cual es el problema. Por una parte ven que su madre tiene muchos accidentes contra las puertas y que se pasa el día llorando pero, por otra, no entienden que su madre quiera dejar a su padre.

Los vecinos más papanatas, al enterarse de la disputa matrimonial, comentan que hay que ver, el pobre Mariano, con lo buena persona que es, lo qué está pasando. No entienden que su mujer quiera el divorcio y sacan a colación siempre la denuncia que Mariano interpuso contra Dolors. Inventan novios ficticios con los que Dolors es infiel a Mariano y cuentan falsas anécdotas de comidas repugnantes o ropas sin planchar.

Los vecinos más cercanos a Dolors, opinan que nunca debiera haberse casado con ese embaucador que sale frecuentemente del puticlub de la esquina y que se bebe hasta el agua de los floreros.

Dolors, está muy nerviosa. Nunca hasta ahora había puesto denuncia por malos tratos y siente que desde la fiscalía han tomado parte por Mariano. Creen que es falso por la primera denuncia de Mariano. Posiblemente consiga la separación, pero no podría soportar perder a sus hijos pequeños.

Suena el timbre y Dolors se encuentra en el zaguán a un chaval atezado y escultural. Le dice que Mariano es mala gente y que está dispuesto a declarar que, en el lupanar de la esquina, Mariano no solicita los servicios de ninguna mujer, sino los suyos. Y que le maltrata.


Altaneros petulantes

Imagine all the people

Living for today

Imagine there’s no country

It isn’t hard to do

Nothing to kill or die for

And no religion too

Imagine all the people

Living life in peace…

Imagine. John Lennon

 

Esta semana ha sido viral el momento en el que Celia Villalobos, en actitud más propia de una película de Ozores en la que un gañán con dinero se encuentra en el saloncito de un puticlub esperando a que salgan “las niñas”, que de una comisión parlamentaria, interrumpía a voces en la Comisión de Empleo y Seguridad Social a la parlamentaria de Unidos Podemos, Yolanda Díaz.

El Partido Popular se comporta con la altanería de los maltratadores que saben que su rival no puede con ellos y que por tanto puede humillarle sin temor.

Porque si repugnante es el comportamiento de la señora que abronca en plena calle al conductor de “su” coche oficial o se comporta como una macarra en el Congreso (o juega al Frozen mientras ejerce de Presidenta), es aún más repugnante que la Ministra de Empleo y Seguridad Social, intente convencernos de que España es el paraíso de los trabajadores, cuando según los datos publicados por el propio Ministerio de Trabajo sobre diciembre del 2016, el número de contratos registrados llegó a los 1.699.018, de los que únicamente el 7,2% (122.294) tenía carácter indefinido, llegando a los 20 millones el número de contratos firmados durante todo el año. Es decir que fueron necesarios casi 40 contratos precarios por cada contrato indefinido.

En el Partido Popular se saben impunes. España es un país de tuercebotas. Un país que ha adoptado una extraña moral de darle más importancia al patriotismo y a las nimiedades que a que le roben y le dejen en la miseria. No es extraño que el Presidente del Gobierno se comporte como un verdadero majadero y en lugar de dar las explicaciones requeridas por corrupción, se dedique a contar nonadas y mentiras y a levantar insinuaciones sobre sus enemigos políticos, sin que por ello pase absolutamente nada. En el mundo civilizado se dimite por copiar una tesis doctoral y en el mundo paralelo regido por el pillaje, la doble moral y la sinvergonzonería, como dice el chiste, dimitir suena a nombre ruso.

¿Cómo es posible haber llegado a este nivel de falta de ética, moral y comportamiento abyecto? Aunque, la prensa siempre se escuda en eso de matar al mensajero, en este caso, es el propio correveidile el que sirve de transmisor de la falacia, a sabiendas y accede a la invención, la manipulación y las medias verdades con el fin de sostener al desgobernante maledicente y de inculcar esa doble moral basada en que, de los míos todo es justificable y válido, y de los demás, un pedo es un delito.

Vimos lo que ha pasado con la manipulación de El periódico de Cataluña que, primero afirmó tener el comunicado real redactado por la CIA, sobre uno de los cientos de avisos anuales que los servicios de inteligencia, la NCTC, (Centro Nacional Antiterrorista de EEUU), o sea q ni siquiera la CIA, dan sobre posibles atentados, para a continuación, cuando Wikileaks  y el propio Julian Assange advierten de la falsedad de ese comunicado, achacarnos a los que hemos denunciado, no la veracidad de un aviso que es uno de tantos, sino la manipulación de asegurar tenerlo por escrito y de “puño y letra” de la CIA, de ser una jauría mediática independentista, cuando muchos de nosotros, ni somos catalanes, ni mucho menos abogamos por la independencia (al menos desde una posición externa a Catalunya).

Pero es que en España, como vengo denunciando, no queda prensa libre (salvo los honrosos casos de la prensa digital). En este país, la prensa Nacional del Movimiento se dedica a convertir supermercados de USA antes del huracán Rita , en falta de alimentos en Venezuela. A repetir una y otra vez declaraciones de varios políticos del mismo argumentario y convencernos de que eso es una noticia y no una opinión. En este país, los #Vertimedios se dedican a enfocar la fruslería, como la falta de ortografía de un twit para crear discusión sobre ello y levantar una gran cortina de mierda que haga que la gente olvide dónde está el meollo.

Estamos siendo maltratados por estos franquistas casposos y sus bufones. No es comparable con el sufrimiento de las mujeres maltratadas, porque nada lo es, pero su comportamiento es el mismo que el de los machistas maltratadores: hipócritas, chulescos, desdeñadores, vanidosos y mentirosos.

Salud, república, laicidad y más escuelas.

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Pasé tarde por la universidad. De niño, soñaba con ser escritor o periodista. Ahora, tal y como está la profesión periodística prefiero ser un cuentista y un alma libre. En mi juventud jugué a ser comunista en un partido encorsetado que me hizo huir demasiado pronto. Militante comprometido durante veinticinco años en CC.OO, acabé aborreciendo el servilismo, la incoherencia y los caprichos de los fondos de formación. Siempre he sido un militante de lo social, sin formación. Tengo el defecto de no casarme con nadie y de decir las cosas tal y como las siento. Y como nunca he tenido la tentación de creerme infalible, nunca doy información. Sólo opinión. Si me equivoco rectifico. Soy un autodidacta de la vida y un eterno aprendiz de casi todo.

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