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Águilas, destino plus

Las 35 calas de la localidad murciana, con rocas que se adentran en el mar y playas de fina arena, invitan a propuestas diversas

Juan-Carlos Arias
Juan-Carlos Arias
Agencia Andalucía Viva. Escritor
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análisis

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Hoy viajamos con Diario16.com a un lugar recóndito, desconocido por el turismo popular y que engancha a quien lo visita. Esta vez toca sumergirse en Águilas, la primera playa y puerto de la Comunidad de Murcia desde el litoral almeriense. Hablamos de un puerto mediterráneo donde atracan pesqueros, embarcaciones deportivas y el cabotaje del Mare Nosturm. Paseamos por su llana extensión y conocemos a gentes apacibles, trabajadoras que saben orgullosamente que donde viven es un lugar importante.

A golpe de autovía llegando a la reconstruida e industrial Lorca, a escasos de 30 kilómetros, es fácil llegar. La conexión por la A-92 que vertebra Andalucía o la Autovía del Mediterráneo, que enlaza Francia con Almería, son las mejores alternativas. Paseamos Águilas y recorremos calles limpias, casas construidas con buen gusto que, en ocasiones, denotan gloria del pasado.

 

Hagamos historia

Águilas, como ciudad moderna, nació del pensamiento ilustrado de Carlos III y sus ministros Aranda y Floridablanca. Por aquellos años, Lorca buscaba un puerto de salida para los productos hortofrutícolas que producía su vega. Floridablanca, Aranda, Villanueva dijeron e hicieron. En 1785 Águilas nació como como puerto, con trazado lineal. Antaño quedaron huellas musulmana, romana, fenicia y paleolítica, que numerosos restos arqueológicos aportaron; estos romanos del siglo I al IV.

Son relevantes termas que situaban a Águilas como «Urci». La realidad es que Águilas es ciudad abierta al Mediterráneo. Su atalaya perfecta es castillo de San Juan de las Águilas (siglo VI). Águilas se convirtió en enclave comercial importante durante el siglo XIX con explotaciones de plata, plomo e hierro. Actualmente, conserva su tradición marinera y su renovada vocación de destino turístico.

 

Paseando la ciudad

Desde la plaza de España, desde sus jardines, iniciamos la ruta urbana. Junto a la plaza se encuentran el Ayuntamiento, edificio del s. XIX adornado con elementos neo-mudéjares. En la misma plaza visualizamos edificios modernistas. También, la iglesia parroquial de San José, del siglo XIX. Ahí se atesora la Virgen de los Dolores, patrona de la ciudad. En los jardines de la plaza se alza una fuente con una escultura en bronce, conocida popularmente por la Pava de la Balsa, que fue situada allí en 1887, coincidiendo con la implantación de los hermosos ficus circundantes.

Posee un litoral excepcional, desconocido relativamente entre turistas de agencia que frecuentan el hotel del puerto deportivo

La glorieta nos introduce en el casco antiguo, que sigue manteniendo el ambiente y olores de los barrios marineros. Coronando la zona antigua encontramos el castillo-fortaleza de San Juan de las Águilas, en el cerro que domina toda la ciudad y su puerto. El promontorio separa las playas de levante y de poniente. Esta torre-fortaleza se construyó alrededor de 1579 con fines defensivos, siendo posteriormente reconstruida en el siglo XVIII.

A sus pies encontramos el puerto de Águilas, con una actividad constante de barcos de pesca y su característico faro decorado con franjas horizontales blancas y negras que alumbra desde 1859. Muy cerca del castillo encontramos el Mercado de Abastos. La visita es obligada para conocer de cerca el pálpito de los frutos del mar, la rica huerta murciana y las carnes recién cortadas para el afanado comprador.

En el paseo de Parra se alza el monumento al ferrocarril. La máquina fue construida por británicos y formaba parte de la primera línea de tren que unía Águilas con Lorca durante los años de actividad comercial del puerto debida a la fructífera explotación minera.

 

De las calas al Cabo

La costa de Águilas se configura por puntos de imperativa visita. 35 calas, rocas que se adentran en el mar y playas de fina arena invitan a propuestas diversas: largos y relajadores paseos, disfrutar del baño, practicar deportes náuticos y bucear los fondos rocosos de la costa. Cala Reona, Calabardina, Calacerrada, playa del Arroz, playa del Hornillo son lugares donde el protagonista es el paisaje natural, salvaje.

En el centro de Águilas encontramos playas, como Las Delicias. Cerca está al espigón del Hornillo. Vemos la isla del Fraile, islote plagado de fondos rocosos y algas que deleitan a quienes practican ‘snorkle’. Junto a tales fondos marinos son recomendables cerca del peñón de Cabo Cope.

Los senderistas pueden encontrar en la zona recorridos perfectamente delimitados como la subida a Cabo Cope, la subida al castillo de San Juan o el trayecto isla del Fraile-playa Amarilla, de indudable interés para los aficionados a la práctica de esta actividad.

Si salimos de Águilas en dirección a Almería, daremos con el Paisaje Protegido de Cuatro Calas. Es recomendable la visita a las playas de La Higuerica y La Carolina, en esta última se puede dar un paseo al pie de los acantilados rocosos, donde el efecto de la erosión ha perfilado zonas de gran belleza plástica, pudiéndose admirar uno de los afloramientos volcánicos más peculiares de la región.

En la dirección opuesta, y antes de llegar a Cabo Cope, encontramos Calabardina, núcleo turístico popular en la zona. Junto a estas playas, Águilas ofrece también un buen número de pequeñas calas solitarias que invitan al relax, la intimidad y la emoción privada.

Encontramos en Águilas un litoral excepcional, muy desconocido por el viajero, aunque relativamente entre turistas de agencia que frecuentan el hotel del puerto deportivo. Sus números climáticos son de nota. Águilas disfruta todo el año, repetimos, todo el año de una temperatura media en torno a 26 grados. Y está perfectamente dotada para atender cualquier bolsillo, actividad y queda lejos del estrés urbanita.

 

Artesanía local

En Águilas encontramos cultura artesanal. El primero de estos oficios tiene que ver con la artesanía del esparto. Los «cordeleros» trenzan los haces de esparto «cocido» (sumergido en agua durante días y secado) hasta componer sogas y maromas de gran resistencia. Este es el último vestigio que se conserva de tal oficio tan arraigado en la comarca desde tiempo de los iberos. Aún encontramos en Águilas fabricantes de toneles para la crianza de vinos. Por último, hay que citar también otro arte tradicional. En la bahía del Hornillo existe un astillero donde en la actualidad se construyen botes para la pesca de bajura y embarcaciones de otros calados.

 

Disfrutar Águilas

En este rincón murciano vivimos fiestas populares. La primera cita en carnavales. Suntuosos desfiles de viernes a martes, comparsas, bandas de música y carrozas inundan el pueblo de color. Participa todo el pueblo, esto es literal. La implicación del personal es máxima, y están declarados los carnavales de Interés Turístico Nacional; además tienen raigambre de 200 años, y no sucumbieron durante el franquismo, cuando los ‘juegos florales’ o ‘bailes de disfraces’ escondían la realidad carnavalera. La sátira y la desinhibición reinan por unos días en los que el carnavalero no es dueño de su cotidiano. La guinda del Carnaval es el Festival Nacional de Música de Salsa.

El viernes de Dolores tiene lugar la festividad de la Virgen de los Dolores, patrona de la localidad. Durante el verano, el 16 de julio, tiene lugar una manifestación de gran popularidad entre localidades pesqueras como Águilas, la procesión marítima de la Virgen del Carmen. Días después, el 25, en honor de Santiago hay verbenas y regatas marineras. Concluyen las celebraciones con la Virgen de Agosto, el 15, con regatas de botes, una cucaña en el mar y otras actividades culturales y deportivas.

 

Comer y dormir

La Costa Cálida que vio nacer al inolvidable Paco Rabal tiene mucho que ofertar al viajero que desea premiar al estómago. La huerta murciana en su plena extensión da para ensaladas, guisos, frituras y asados. El Faro es un restaurante con carta fiel a sus bondades. La Casa del Mar no le va a la zaga. El tapeo tiene dos referencias muy populares, con carne, pescado y unos interesantes choricicos: El Pimiento y La Vía. Cerca del centro está La Terraza, que ponen unas buenas raciones de fritura de pescado.

Otra propuesta es el Zoco del Mar (excelentes vistas y chill-out de nota), El Frankfurt deleita con arroces. En el Puerto deportivo Juan Montiel hay una terraza estival recomendable y un Hotel 4* con spa lleno casi siempre, con excelente ubicación pero que es mejorable en cuanto a las habitaciones.

El apartotel Águila de los Collados, Carlos III, El Paso y Apartotel Isla del Fraile completan la oferta hotelera junto a hostales y pensiones. Hay incontables apartamentos turísticos, muy activos en época soleadas, y alojamientos en central de reservas. También el turismo rural tiene buena oferta y tres campings (Quinta Bella, Águilas y Bellavista), que incluyen bungalows y apartamentos en el recinto de sus generosas y estratégicas ubicaciones, cerca de lo mejor de la tierra y del mar.

Los precios que encontramos en Águilas para este viaje son muy razonables. Van unidos a la sonrisa de sus lugareños que hablan pausadamente dando la sensación que viven en lugar importante y están encantados de seguir allí.

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