Este sábado Albert Rivera, en un acto de la plataforma España Ciudadana celebrado en el moll de la Marina de Barcelona, al que también asistió  la jefa de la oposición en Cataluña, Inés Arrimadas, arremetió contra el presidente del Gobierno y dijo: «Que Sánchez no anteponga su sillón a los intereses de España”. Es curioso que la formación naranja hable de sillones y de intereses ya que, como todos sabemos, Ciudadanos, con tal de tener una “miaja” de poder, se casa con quien más da. Así, a lo largo y ancho del territorio podemos ver alianzas y apoyos que los de Rivera dan a la derecha, a la izquierda y al medio pensionista si hay prebendas o sillas en juego.

La deriva ideológica de Ciudadanos ya indicaba que Albert Rivera se encontraba más cómodo cuanto más a la derecha,  aunque para “pescar” votos, se autodenominara en  sus inicios y hasta 2017, “socialdemócrata, laico y no monárquico”. Ahora, aunque para muchos, algunos de los términos caigan en la contradicción, Ciudadanos se describe como  “liberal, progresista, demócrata y constitucionalista”, ¡lo que hay que oír!

Además, Rivera, que como quien tiene la espalda limpia, puso en duda en sede parlamentaria el doctorado del presidente del Gobierno, una vez ya se sabía de la no existencia de plagio en la tesis de Pedro Sánchez, habla de los “intereses de España” pero no pone en práctica tal afirmación, el acoso y no derribo al Gobierno, haciendo uso de informaciones vertidas por medios de comunicación de la derecha, que no acaban de digerir que el partido socialista gobierna gracias a una mayoría parlamentaria que apoyó la moción de censura de Sánchez, pone de manifiesto que los intereses electorales de los naranjas están muy por encima de los intereses de los españoles tal y como afirma su líder,

Así, Rivera intentó ayer, sin éxito, desviar la atención que su currículum, modificado por los suyos en la web del congreso, está suscitando, y esta vez con razones de peso, al haberse “caído”, como por arte de magia, un  doctorado en Derecho Constitucional, un máster de Derecho en Esade (Universitat Ramon Llull) y un curso de marketing político en la Universidad George Washington en el año 2009. Se ve que pesaba   demasiado el “miedo” a unas posibles investigaciones sobre su titulación y viéndose Rivera ante su propia incapacidad de seguir los coherentes  pasos de la exministra Carmen Montón y dimitir una vez comprobado que no todo era cierto en su extensa formación.

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