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A contracorriente

Paloma Garzarán
Paloma Garzarán
Escritora y profesora de inglés.
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análisis

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Para Gema Moreno

 

La primera vez que le vi intentarlo, yo estaba de servicio. Órdenes estrictas. J.A. trató de incumplirlas ataviado con un plumas rojo.

Sin entrar demasiado en que su mujer se acostaba con un chico de veintisiete años, diría que J.A. no tenía nada mejor que hacer. Había vivido tiempos mejores. No cabía duda.

La segunda vez que le vi intentarlo, yo estaba de servicio. Órdenes estrictas. Que nadie baje. J.A. trató de incumplirlo ataviado con una cazadora de camuflaje verde. Entre el gentío. Despacio. Le invité a volver por donde había venido.

Sin mencionar que el mes pasado no le habían renovado el contrato de trabajo, diría que J.A. no tenía nada mejor que hacer. Había vivido tiempos mejores. No cabía duda.

La tercera vez que le vi intentarlo, yo estaba de servicio. Órdenes estrictas. Que nadie baje la calle que es de subida. J.A. trató de incumplirlo ataviado con ropa deportiva pedaleando sobre una bicicleta. Rápido. Esquivando a la gente. Tuve que pararlo. Le hice dar la vuelta.

Sin detallar lo que el hámster de su hija había hecho con los cables del ordenador y la tele, diría que J.A. no tenía nada mejor que hacer. Había vivido tiempos mejores. No cabía duda.

La cuarta vez que le vi intentarlo, yo estaba de servicio. Órdenes estrictas. Que nadie baje la calle que es de subida. Deben bajar por la otra. J.A. trató de incumplir las normas, ataviado con ropa rapera sobre un monopatín. Dándose impulso con el pie izquierdo. No le dejé continuar. Tuvo que dar la vuelta de nuevo.

Sin dificultad para adivinar que estas Navidades se encontraría muy solo, diría que J.A. no tenía nada mejor que hacer. Había vivido tiempos mejores. No cabía duda.

La quinta vez que le vi intentarlo, yo estaba de servicio. Órdenes estrictas de nuestra alcaldesa. Que nadie baje la calle Preciados que es de subida. Deben circular por la calle del Carmen, que es de bajada. J.A. cruzó tres filas de policía. También en la que yo estaba de servicio. Ante nuestra mirada atónita. Risa. Incredulidad. Y esta vez le dejamos hacer. No le paramos. No le hicimos desandar lo andado. J.A. incumplió las normas ataviado con un disfraz de Wonder Woman. Minifalda azul. Diadema dorada. Body rojo. Escudo a la espalda. Muñecas cruzadas.

Gritos de éxito.

Aplausos de la gente.

Vítores. Incluso de los que estábamos de servicio.

Normas curiosas de ciudad.

Peatón loco. Irreductible.

A contracorriente.

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