Y cuando desperté, el dinosaurio estaba en la SER.
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“Nunca hemos tenido peores resultados en el País Vasco, a pesar de las cosas que hicimos…”. Felipe González, hoy.
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Luego, por la tarde, ha pasado lo típico de una redacción: Llega una noticia, nada importa más, un partido político tiene un lío, nada importa más, hay quien detiene su vaso al borde de los labios… Pero esto va luego.
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“Nunca hemos tenido peores resultados en el País Vasco, a pesar de las cosas que hicimos…”. Felipe González, hoy.
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El lunes vino el periodista Manu Tomillo a grabarme una pieza corta para la emisora Carne Cruda. Está recogiendo testimonios relacionados con la memoria. Escribo esto y me pregunto ¿Con la memoria? ¿Qué memoria? ¿Cómo definirlo?
Así que le mando un mensaje.
“Es una sección sobre la memoria histórica, alejada del discurso dominante y estereotipado del drama de la guerra civil”, me contesta.
Lo leo y me doy cuenta de que he evitado escribir “memoria histórica” y “Guerra Civil”. Es lo que tiene, ay, este país. Mastico al escribirlo polvo de cementerio.
Al grano. Conversando con Tomillo, le dije que quizás no tenemos resuelto como sociedad el asunto de nuestros muertos y sus huesos de cuneta y fosa, porque antes no lo hemos asumido íntimamente. Por miedo, por vergüenza, por sometimiento, muerte o costumbre.
Aún recuerdo el día en el que publiqué “Félix Fallarás. Fusilado contra la tapia cementerio de Torrero. 5/12/36. Tramoyista. 35 años”. Fue un acto. Un acto brutal. Y tan simple.
Entonces va y me llega un artículo de Víctor Arrogante titulado El 28 de septiembre de 1936 fusilaron a mi abuela.
Las redacciones tienen también dulces coincidencias
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“Nunca hemos tenido peores resultados en el País Vasco, a pesar de las cosas que hicimos…”. Felipe González, hoy.
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Hoy he comido en casa. En este país, en esta profesión y en este cargo, me parece un milagro. Bendito.
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“Nunca hemos tenido peores resultados en el País Vasco, a pesar de las cosas que hicimos…”. Felipe González, hoy.
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Por la tarde ha sucedido, corre corre, lo que ya contamos AQUÍ hace un par de días: dimisiones PSOE, rueda de prensa PSOE, declaraciones PSOE…
Cuando esto sucede en una redacción, lo mejor es relajarse. Como si pasearas hacia el mercado un sábado por la mañana. Y como en esas circunstancias, pensar: “¿Qué necesito, qué me falta, exactamente?”.
En este caso, la respuesta no era pescadilla, sino este dato.
Hecho.
El mercado seguirá con sus bacalaos y sus criadillas mañana. Cambian los partidos, cambian los gobiernos, cambian los líderes y nuestras costumbres. Pero la muerte no cambia, González, la muerte es muy tozuda.
“Nunca hemos tenido peores resultados en el País Vasco, a pesar de las cosas que hicimos…”.
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Cae la noche. No he dejado de pensar desde esta mañana en las cosas que hicimos. Nosotros. Y en las que dejamos sin hacer.
Mañana volveré y solo será otro día. En esta misma página de redacción.
A lo que se refiere Felipe González es a las decenas de miles de puestos de trabajo que desaparecieron con la reconversión industrial impulsada por el gobierno español desde mediados de los ochenta en el País Vasco.
Seguramente tienes documentación y medios a mano para comprobar la dimensión de aquellas decisiones, porque fueron muchos años de conflicto social con miles y miles de trabajador*s afectad*s.