Ayer mi hijo mediano (14) me pidió “algo de pasta”. Iba a salir con unos compañeros, algo nada habitual. Desde que nos mudamos a Madrid, las cosas suceden hacia adentro. “Algo de pasta”. Después de no recordar mis 14 años, le pasé 15 euros. Al cogerlos, dio una explicación que incluía “librería de viejo”. Fumé.
David García Aristegui puede confirmar lo que digo: Regresó con un tesoro de papel. Su primer tesoro de papel. Además del Drácula de Bram Stoker, el Frankenstein de Mary Shelley y algo llamado Crepúsculo, mi hijo trajo un ejemplar de El gran Gatsby.
¡Un ejemplar de El gran Gatsby!
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Cuando tu hijo de 14 aparece con un ejemplar de El gran Gatsby puedes preguntar o inquietarte o llorar o freír unos calamares.
Pregunté.
“Es el libro preferido de Emma Watson”, me respondió.
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Querida Emma Watson:
Hola. Soy una madre española. Sé que eres feminista y todo eso, pero este detalle no me importa ahora. Te escribo para agradecerte el hecho de que mi hijo arranque su adolescencia leyendo al relamido de Scott Fitzgerald.
Pese a que no me fío de las jovencitas flacas, he buceado entre tus lecturas. Lo confieso. Carajo, parece que nos une My life on the road, de Gloria Steinem. Aquí lo publicó mi querida Ana Pareja en Alpha Decay.
Pues nada, que sepas que también nos une mi hijo.
Muchas gracias.
C.
