16/11/2016. “Yo ya no tengo fuerzas ni tampoco tengo a quien acudir”

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Ayer recibí una carta. A menudo me escriben hombres y mujeres cuyas vidas se han erizado, empinado, revuelto, desordenado, ennegrecido. Vivimos años levantados en miseria. Comparto esta carta por su valentía y su sinceridad desnuda:

Hola Cristina, soy Xxxxxx, la amiga de Xxxxxx, nos conocimos el día de Xxxxxx. Me atrevo a escribirte para pedirte ayuda porque me encuentro en graves dificultades de supervivencia y ya que tú me dijiste que los problemas hay que contarlos, me he animado a contártelo. Recuerdo que me dijiste que has vivido la horrible sensación de encontrarte en la calle y has conocido la pobreza, pero recuerdo también que nos dijiste que hay que luchar y lo demuestra el hecho de que ahora diriges un periódico.

Te cuento: yo soy directora de cine y teatro y además tenía mi propia pequeña empresa, pero ha ido muy mal y como sabes los autónomos no tenemos ayudas, y cuando el negocio se hunde nos quedamos sin nada, y así me he quedado yo, sin absolutamente nada. Y me veo pronto en la calle y sin ni siquiera dinero para comer. De ser una cineasta reconocida he pasado a ser esto. No te niego a que incluso he pensado en el suicidio. Nadie me ayuda, y yo pido trabajo, pero nadie me lo puede dar. Por esto te escribo, por si tienes algo para mí para que pueda volver a ver la luz, tú te has encontrado en mi situación y sabes lo duro que es. Yo ya no tengo fuerzas ni tampoco tengo a quien acudir. Sólo necesito una oportunidad, una puerta abierta, una pequeña ayuda.

Gracias y un abrazo.

***

Mañana seguiremos aquí. Todos nosotros.


15/11/2016. La frivolidad de quienes callan ante el mal

5 COMENTARIOS

  1. Yo no tengo profesión desde hace 16 años que tuve que dejar mi trabajo. Me levantaba cada mañana a las 5:30 para comenzar la jornada laboral a las 7y no regresaba a casa hasta las 6 de la tarde. Tenía fibromialgia pero no lo sabía, sólo sabía que el dolor nome dejaba dormir por las noches. Aguante cuanto pude, hasta q mis mis manos amanecían agarrotadas y sin movilidad.
    La fibromialgia en España no es una enfermedad para la que haya un tratamiento efectivo, y los médicos habitualmente no saben a qué especialista derivarte.
    A mi entonces me dijeron que había q tratarme con antidepresivos , los cuales no parecen darme buenos resultados.
    Después de conseguir dejar los fármacos que me recetaban los psiquiatras , con mucho esfuerzo y alejándome de la medicina convencional donde te tratan como si fueras un saco de síntomas para los q no hay solución, en vez de como a un ser humano, logre estar algunos años bien , pudiendo caminar, sin contracturas continuas, sin dolores.
    Hasta que hace hace dos años se me ingreso en un hospital psiquiátrico de manera forzosa porque estaba de nuevo muy deprimida y sin apenas comer.
    Me negué a ingresar voluntariamente y dije que prefería morir , motivo por el cual me amarraron con correajes a una cama.Y o no soy una psicópata ni soy agresiva, aunque reconozco que no fui muy mansa ante aquel «secuestro» No recuerdo bien cuantos días duro aquel ingreso durante el cual se me médico en exceso y los Psiquiatras me trataron de un modo humillante y vejatorio.
    Cuando logré salir del hospital y llegar a casa tuve un síncope , probablemente producido por el exceso de medicación que me habían dado y la situación traumática que viví allí.
    Tuve un fuerte traumatismo que en hospital Gregorio Marañón calificaron como leve y después de un día de observación en el q nadie me observó, porque aquel hospital no me correspondía por zona domiciaria, me enviaron a casa aunque no podía ni caminar.
    Desde entonces no he estado bien
    Otros dos ingresos en un psiquiátrico por falta de peso, ,no soy anoréxica , me chafaron el sistema digestivo con psicofármacos.
    La convivencia forzosa con enfermos mentales , y el trato humillante de los psiquiatras terminaron de hundirme.
    Hace más de un año de aquello.
    Los síntomas de fibromialgia que no había tenido durante años los padezco desde entonces.
    Apenas puedo caminar, no tengo ninguna psicopatía, me tratan con antidepresivos q no solo no mejoran mi estado de ánimo ni eliminan otros síntomas sino que me producen trastornos digestivos,c on lo cual apenas como, me deniegan psicoterapia y no me derivan a ningún especialista.
    En S Sociales me deniegan asistencia social o ayuda domiciliaria aunque ya muchos días ni pueda levantarme de la cama. También se niegan a ayudarme a tramitar una ayuda económica por incapacidad laboral
    No tengo apoyo social ni familiar
    Yo tampoco tengo ya fuerzas ni a quien acudir

    • Clara preciosa, he leído tu comentario y me da muchísma rabia ver en lo que la sociedad nos ha convertido, a falta de herramientas personales para continuar adelante, sea la situación que sea en la que nos encontremos, tú has tenido el valor de escribir este mensaje y abrirte, y puedo decirte que ni mucho menos estás sola. Somos muchos los que calladamente lo pasamos mal y hemos de soportar el juicio de «locos» cuando la realidad es bien distinta. Créeme, enfrentarse a veces a un sistema establecido es muy duro. Siempre, siempre tendrás motivos para luchar (estar vivo, sin ir más lejos, es lo mejor que puede sucederte, lo veas o no lo veas). Yo quiero desde aquí darte todo mi apoyo, recordarte que no estás sola y que tienes fuerza más que suficiente para superar todo lo que superar. Un abrazo muy muy grande linda.

      • Gracias Paula. Seguiré hacia delante lo mejor que pueda.
        Quisiera poder contar con ayuda de alguien.
        El día a día no me resultaria tan tan difícil, ni pensar en el futuro tan desalentador

    • Clara, yo he pasado por eso, a excepción del ingreso psiquiátrico.
      El dolor, el cansancio, los medicamentos sin sentido ni mejora, la incomprensión, la negación de ayuda, la pérdida de vida social y la ruina, porque además era autónoma.
      Alguien me dijo que su fibromialgia había mejorado muchísimo suspendiendo el glúten en su dieta.
      No tenía nada que perder y lo probé.
      Eliminé poco a poco toda la medicación y comencé una dieta extricta sin glúten.
      A los dos meses era otra.
      No estoy completamente libre de dolor, pero no tiene nada que ver con lo que era durante alos.
      Me muevo por Madrid en bici, para que te hagas una idea, vuelvo a estar en forma y ha desaparecido la fatiga crónica y los problemas digestivos.
      Sólo me falta conseguir un trabajo que me permita llegar a fin de mes, pero eso es otra historia.
      Te deseo lo mejor.
      Un abrazo,
      Carmen H

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